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¿Cómo superar el síndrome de Wendy?

abril 9, 2022

Síndrome de Wendy

Christos y yo llevamos tres años juntos y nos fuimos a vivir juntos el año pasado. Al principio su actitud infantil me fascinaba, sobre todo el hecho de que todo le pareciera sencillo y gracioso. Me di cuenta cuando nos fuimos a vivir juntos, que las cosas no serían tan casuales, ya que fue criado de manera que no tenía ninguna responsabilidad y estaba acostumbrado a no tomar ninguna. Yo soy la que limpia la casa y paga las facturas. Pero siempre es así, ¿no? Algunos dicen que los hombres son niños eternos y nosotras, como mujeres, debemos cuidar y apoyar a nuestros hombres en nuestras vidas. ¿Cómo se puede cambiar un comportamiento que tiene sus raíces en tantas generaciones anteriores? ¿Alguien cree que estar sola es mejor?

María tiene 29 años, ha terminado sus estudios universitarios y su afición es la fotografía. Se cuida y es una joven independiente y guapa.    Una tercera persona podría suponer que es una chica moderna que lo tiene todo, o eso parece. Sin embargo, ¿podría haber alguna brecha emocional oculta bajo la superficie en esta relación “perfecta”?

¿Qué causa el síndrome de Wendy?

Puer aeternus (en latín “niño eterno”; en femenino: puella aeterna; a veces abreviado como puer y puella) en la mitología es un niño-dios que es siempre joven. En la psicología analítica de Carl Jung, el término se utiliza para describir a una persona mayor cuya vida emocional se ha mantenido en un nivel adolescente, lo que también se conoce como “síndrome de Peter Pan”, una etiqueta de psicología pop más reciente. En la concepción de Jung, el puer suele llevar una “vida provisional” debido al miedo a quedar atrapado en una situación de la que no sea posible escapar. Anhela la independencia y la libertad, se opone a los límites y tiende a encontrar intolerable cualquier restricción[1].

La frase puer aeternus procede de las Metamorfosis, una obra épica del poeta romano Ovidio (43 a.C. – c. 17 d.C.) que trata de los mitos griegos y romanos. En el poema, Ovidio se dirige al dios-niño Iacchus como “puer aeternus” y lo elogia por su papel en los misterios de Eleusis. Más tarde, se identifica a Iacchus con los dioses Dionisio y Eros. El puer es un dios de la vegetación y la resurrección; el dios de la juventud divina, como Tammuz, Attis y Adonis[2].

Tratamiento del síndrome de Wendy

Campanilla impide que Wendy bese a Peter Pan Peter Pan es el protagonista de la película de Disney del mismo nombre y es el interés amoroso de Wendy. Es un niño que vive en el País de Nunca Jamás y “nunca crece”. En la película original le puso la voz Bobby Driscoll y posteriormente Blayne Weaver.

En casi todos los relatos, Wendy está obviamente enamorada de Peter Pan. Incluso intenta besar a Peter en señal de gratitud cuando éste se ofrece a llevarla a ella y a sus hermanos al País de Nunca Jamás. Todos vuelan felizmente al País de Nunca Jamás, y Wendy y Peter aparecen cogidos de la mano en algún momento.

Más tarde, cuando el Capitán Garfio secuestra a Wendy y a sus hermanos y a los niños perdidos, Wendy no pierde la fe en Peter Pan y cree que él los salvará. Peter atrapa a Wendy cuando se ve obligada a caminar por la tabla, y después de derrotar al Capitán Garfio, la lleva de vuelta a Londres. Wendy se preocupa por Peter, y tanto en el libro de J.M. Barrie como en varias películas y animes, intenta comunicárselo. En todos los casos, si bien Peter está interesado en que ella le preste atención, se opone estridentemente a cualquier forma de relación íntima entre ambos. Su odio a las madres y su fuerte ambivalencia hacia el amor emocional lo enfrentan a la veneración de Wendy por las madres y a sus deseos de crianza.

Psicología del síndrome de Wendy

El síndrome de Wendy y Peter Pan en las relaciones trata de personas que se empeñan en que su Peter Pan crezca.  El tema principal de la historia es el conflicto entre querer seguir siendo un niño, pero saber que hay que hacerse adulto. Todos tenemos que crecer. Pero hoy más que nunca luchamos contra ello. Los mundos de fantasía parecen más seguros que los desalentadores pensamientos de asumir la responsabilidad de una relación, una pareja, los hijos o incluso un sistema familiar.

El síndrome de Wendy y Peter Pan en las relaciones retrata a la mujer como muy maternal, y se sugiere que su papel en la vida debe ser el de nutrir a los niños. Se trata de una representación estereotipada del papel de la mujer en la sociedad. Incluso se sugiere que Wendy se está enamorando de Peter, pero él le dice que piensa en ella más como una figura materna. Parte del desarrollo detenido de Peter, su deseo de ser un niño para siempre, también está envuelto en un enigma freudiano en el que sólo puede ver a las mujeres de su vida como madres potenciales. De hecho, se insinúa que su principal trauma, lo que le envió al País de Nunca Jamás, fue ser abandonado por su madre. Huyó de su cochecito cuando era niño y, cuando volvió a su guardería, su madre había cerrado la ventana y ya no esperaba que volviera a casa. Los “problemas con la madre” de Peter son, por tanto, el centro de su carácter, la razón por la que se ha convertido en un personaje tan temerario y buscador de aventuras, y por la que siempre está en busca de una madre.

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