Troglobites
1 Animales con la mejor vista: Los seres humanos tienen una vista perfecta, en general. En primer lugar, tenemos la llamada visión binocular: podemos concentrar ambos ojos en un objeto. Este tipo de visión nos permite ver los objetos en 3D: no sólo podemos ver su forma, sino también percibir la profundidad.
Sin embargo, varios animales también tienen una buena visión. En algunos casos, sus ojos son significativamente mejores en ciertos aspectos en comparación con los nuestros. Algunos animales pueden ver más colores que nosotros; otros tienen una visión excelente incluso bajo el agua; otro grupo de animales utiliza diversas adaptaciones que les permiten navegar por el mundo de noche.
Si se quiere tener una visión de alta definición, habría que gastar mucha energía para abastecer a todas las células nerviosas que procesan las imágenes entrantes. Así que cada par de ojos, en cada criatura de esta Tierra, es el resultado de un delicado equilibrio.
Topo con nariz de estrella
El Kayentatherium (centro), un animal primitivo parecido a un mamífero, vivió a la sombra de dinosaurios como el Dilophosaurus durante el Jurásico temprano, un periodo que tuvo lugar hace 201 millones-174 millones de años. Crédito: Mark Witton
Durante más de 100 millones de años, los dinosaurios dominaron las horas de luz, ya que el calor del Sol les permitía prosperar. La noche, por tanto, podría haber proporcionado a los pequeños mamíferos, en su mayoría insectívoros, la mejor oportunidad para cazar sin convertirse en la próxima comida de un dinosaurio.
Ese proceso de compensación ofrece una idea de cómo los animales podrían adaptarse a la vida en entornos cada vez más luminosos y densamente poblados por los humanos. En un metaanálisis de 2018, investigadores de Estados Unidos examinaron 76 estudios sobre la actividad de 62 especies de mamíferos en 6 continentes7. Los mamíferos que vivían en zonas con un alto nivel de perturbación humana (o en zonas más tranquilas en momentos de mayor actividad humana, como la temporada de caza) eran un 36% más nocturnos que los que vivían relativamente sin perturbaciones.
Animales ciegos
La luz baña nuestro planeta, salpicando las cimas de las montañas, inundando los desiertos, la tundra, la sabana y los bosques, y filtrándose hasta 1.000 metros de profundidad en el océano. Las bacterias, las plantas, los animales y todo tipo de seres vivos han desarrollado diferentes formas de detectar y responder a la luz. A pesar de su familiaridad y prevalencia, los ojos no son esenciales.
Los biólogos saben desde hace varias décadas que algunos animales sin ojos perciben la luz. Asimismo, algunos animales con ojos -incluso bastante sofisticados- dependen de otras partes del cuerpo para ver. Sin embargo, la forma en que los organismos perciben la luz sin ojos ha seguido siendo un misterio en muchos casos. En los últimos años, con la ayuda de nuevas herramientas como la secuenciación del genoma, los científicos han descubierto células y proteínas sensibles a la luz en lugares inesperados, y han establecido que criaturas que antes se consideraban ciegas pueden, de hecho, ver. Por ejemplo, las proteínas que reaccionan a la luz cubren los extremos de los pies de los erizos de mar, lo que podría convertir todo el cuerpo de este animal en un ojo compuesto. Del mismo modo, las diminutas hidras, parecidas a las medusas, pueden percibir la luz con sus tentáculos punzantes. Y aunque los nematodos viven en la oscuridad bajo tierra, algunas de sus neuronas responden a la luz, lo que les ayuda a alejarse del peligro.
Discapacitados visuales
Una sola célula podría ser sensible a la luz, pero sólo “vería” matices de luz y oscuridad. ¿Implica la visión algún grado de comprensión, en lugar de una simple acción instintiva como evitar la luz? Para ello se necesitaría un ojo que pudiera enfocar y formar una imagen en la retina y un cerebro capaz de comprender esa imagen.
La imagen más pequeña que se podría “ver” sería del tamaño de una célula que detectara la luz, que es considerablemente mayor que una molécula, a menos que se consideren moléculas cosas como los plásticos de cadena larga.
Los ojos de tipo cámara, como los de los humanos, con una lente para enfocar la luz captada a través de una abertura en los fotorreceptores, son fascinantemente complejos, con muchos tejidos diferentes que desempeñan funciones únicas y esenciales.
Esta complejidad limita el tamaño mínimo de estos ojos, por lo que los animales más pequeños suelen tener ojos proporcionalmente más grandes. Aun así, este tipo de ojo puede ser extraordinariamente pequeño: minúsculos vertebrados poseen estos complejos ojos, como Brookesia micra, una diminuta especie de camaleón.