Palabras con sonido de agua
Este es un artículo de Curious Kids, una serie para niños. La Conversación pide a los niños que envíen preguntas que les gustaría que un experto respondiera. Todas las preguntas son bienvenidas, ya sean serias, raras o disparatadas.
El agua es algo increíble, y sin ella la vida tal y como la conocemos sería muy diferente. El agua es una de las pocas sustancias químicas que se encuentra en estado líquido (agua), sólido (hielo) y gaseoso (vapor) en cualquier momento en la Tierra. Y por eso es tan importante para nosotros.
En primer lugar, el hielo flota en el agua porque tiene menos densidad que el agua líquida. La densidad es la palabra utilizada para describir lo compacta o espesa que es una sustancia. Esto significa que el hielo flota en la superficie cuando estás tomando una bebida, por lo que puedes ver y oír lo que le ocurre. También significa que cuando el hielo sólido se convierte en agua líquida se vuelve más denso, algo bastante inusual.
En segundo lugar, se necesita mucho calor para convertir el hielo sólido en agua líquida. Por ello, se necesita tiempo para que el calor pase de la bebida ligeramente caliente al hielo más frío, el tiempo suficiente para que veamos cómo el hielo se convierte en líquido.
Ejemplos de onomatopeyas
¿Qué denotan las dos líneas y cuál es la diferencia entre ambas? Muy fácil de descifrar. Porque las palabras se explican por sí solas: pitter-patter es el sonido de las gotas de lluvia. La primera línea describe una llovizna y la segunda un torrente de lluvia.
La formación de palabras mediante letras que se asemejan al sonido de las cosas que denotan se llama onomatopeya. La palabra proviene del griego onoma (nombre) y poiein (hacer). Así, una palabra onomatopéyica es aquella que se hace a partir de la semejanza fonética o la sugerencia de la fuente del sonido que describe. La onomatopeya se refiere a la propiedad de tales palabras.
Este recurso literario resulta muy útil para comunicarse con los niños. Los niños se sienten especialmente atraídos por la calidad sonora de estas palabras. Mi sobrina pequeña responde a chhuk-chhuk train con chillidos de alegría. Nunca llama a un tren sin anteponer su sonido. No es de extrañar que se utilicen con tanta imaginación y libertad en las rimas y por los personajes de los cómics infantiles. Junto con las imágenes gráficas, los sonidos de acción “boom” y “thud” y “miaow” y “splash” hacen volar su imaginación a un mundo propio. Los cómics de Archie de mi infancia están grabados en mi memoria. Y la serie de Tintín, en la que el astro de la investigación Tintín y su perro Snoopy se ven envueltos en divertidísimos encontronazos con los torpes policías gemelos, que escupen abundantemente “whoops”, “bangs”, “slops” y “splashes”, sigue siendo mi favorita.
Palabras onomatopéyicas
Las palabras sonoras, también conocidas como onomatopeyas, pueden hacer que un poema o un escrito apelen al sentido del oído. Palabras como “bam”, “whoosh” o “slap” suenan igual que aquello a lo que se refieren. Vea cinco categorías de ejemplos onomatopéyicos, agrupados por combinaciones de letras que se utilizan habitualmente para representar determinados sonidos.
La palabra onomatopeya proviene de la combinación de dos palabras griegas, onoma que significa “nombre” y poiein que significa “hacer”, por lo que onomatopeya significa literalmente “hacer un nombre (o sonido)”. Es decir, la palabra no significa más que el sonido que produce. La palabra boing, por ejemplo, es simplemente un efecto sonoro, pero muy útil para hacer más expresiva y vívida la escritura o la narración.
Muchas palabras onomatopéyicas pueden ser tanto verbos como sustantivos. Por ejemplo, una bofetada no es sólo el sonido que se produce al golpear la piel, sino también la acción de golpear a alguien (normalmente en la cara) con la mano abierta. Crujir es el sonido de algo seco, como el papel, al rozarlo, pero también puede indicar la acción de alguien que mueve papeles y hace que se rocen, produciendo así ese ruido.
Onomatopeya
Cómo usar la onomatopeya de forma eficazCrash, Bang! Cómo usar la onomatopeya de forma eficazKrystal N. CraikerAutora y escritora independientePublicado el 13 de enero de 2020ESCRIPCIÓN:escribir ficciónestilos literariosconsejos de escritura
Recuerdo la primera vez que aprendí sobre la onomatopeya. Había un anuncio popular de una niña que deletreaba la palabra en un concurso de deletreo, así que ya estaba en mi radar. Poco después, mi profesora de primaria me explicó este recurso literario.
A medida que crecía, aprendí más sobre el apasionante mundo de los recursos literarios. Había anáfora y paralelismo, litotes e hipérboles, asonancia y consonancia. Mi profesor de inglés del último año nos dio una lista de cuatro páginas de recursos literarios para que los memorizáramos y aprendiéramos a identificarlos. No se hacía mucho hincapié en la onomatopeya, pero con el tiempo aprendí que la onomatopeya tiene más matices que una interjección de tipo cómico.
Pronto aprendí que muchos escritores -y lectores- la odian. Tengo una frase en uno de los primeros capítulos de mi segundo libro, El viaje de la consorte, que describe el “clip-clopping de los cascos de los caballos”. Cuando presenté este capítulo a mi grupo de críticos antes de su publicación, cinco de los seis escritores comentaron lo mucho que les gustaba esa frase. Uno de ellos estaba casi enfadado mientras discutía con los demás. Dijo que era cursi y amateur.