Tocar en español
Feliciana Enríquez de Guzmán (1569-1644) fue una dramaturga española del Siglo de Oro y una de las primeras mujeres en escribir una obra de teatro en español. Es conocida por una obra en dos partes, Los jardines y campos sabeos, con varios interludios cómicos. Su segunda edición impresa incluye textos teóricos en los que afirma su posición dentro del mundo del teatro.
Enríquez de Guzmán se casó dos veces,[2] primero con un viudo mucho mayor[1] Cristóbal Ponce de Solís,[1][2] como matrimonio de conveniencia, y poco después de su muerte[1] se casó con Francisco de León Garavito,[1][2] presumiblemente por apego[1] Tras enviudar por segunda vez, vivió sus últimos años en la pobreza, al igual que Mariana de Carvajal y Saavedra, otra escritora en situación similar[1].
Enríquez de Guzmán es considerada probablemente la primera mujer que escribió una obra de teatro en español[1] y es una pionera de los derechos de la mujer[2].
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En teatro, una obra de teatro es una representación en la que los actores recitan líneas de un guión y realizan las acciones de los personajes. La obra escrita que incluye el diálogo y la historia también se llama obra de teatro. Una persona que escribe obras de teatro se conoce como dramaturgo.
Ejemplos de la vida real: El “botón de reproducción” de un mando a distancia o de un vídeo de YouTube es lo que se pulsa para indicar a un dispositivo, programa o aplicación que comience a producir sonido y/o vídeo. El símbolo de reproducción suele parecerse a un triángulo apuntando a la derecha.
¿De dónde viene la palabra play? Los primeros registros de la palabra play son anteriores al año 900. Como sustantivo, procede del inglés antiguo plega. Como verbo, procede del inglés antiguo plegian, que está relacionado con el holandés medio pleien, que significa “saltar de alegría” o “regocijarse”.
Jugamos en español
La idea de múltiples formas de decir “tú” puede ser un concepto extraño para los angloparlantes. Después de todo, sólo tenemos el único “you” solitario, que usamos para, bueno, básicamente todo. Así que una clase sobre cómo decir “tú” en inglés sería bastante breve: es “you”. ¡Próxima lección!
Pero en español, hay cinco palabras que significan “tú”, y las diferencias entre ellas no son menores. Cada palabra tiene una función específica en el idioma, y a menudo no son intercambiables. De ello depende la forma que se utilice:
Por eso, a la hora de elegir qué “tú” usar, tendrás que tener en cuenta si te diriges a una persona o a muchas, si estás en España, en México o en algún otro país de habla hispana y si te diriges a amigos, a conocidos o a personas de un estatus social superior al tuyo.
¿Aún no estás seguro? Pruebe la “Prueba de chocar los cinco”. Es un rápido ejercicio de imaginación que ayuda a determinar si la situación es formal o no. Mira con los ojos de tu mente e imagina que chocas los cinco con la otra persona, de la nada. Ponlo ahí y choca la mano.
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La mayoría de los niños pequeños disfrutan mucho con los juegos de palabras, que T. Grainger y K. Goouch caracterizan como una “actividad subversiva… a través de la cual los niños experimentan la carga emocional y el poder de sus propias palabras para anular el statu quo y explorar los límites (“Young Children and Playful Language” en Teaching Young Children, 1999)
“Los chistes y los comentarios ingeniosos (incluidos los juegos de palabras y el lenguaje figurado) son ejemplos evidentes de juegos de palabras en los que la mayoría de nosotros participamos habitualmente. Pero también es posible considerar una gran parte de todo el uso del lenguaje como una forma de juego. La mayor parte de las veces, el habla y la escritura no tienen como objetivo principal la transmisión instrumental de información, sino la interacción social que se produce en la propia actividad. De hecho, en un sentido estrictamente instrumental y puramente informativo, la mayor parte del uso del lenguaje no tiene ninguna utilidad. Además, todos estamos expuestos regularmente a un bombardeo de lenguaje más o menos lúdico, a menudo acompañado de imágenes y música no menos lúdicas. De ahí la perenne atracción (y distracción) que ejercen desde la publicidad y las canciones pop hasta los periódicos, los juegos de mesa, los concursos, los programas de humor, los crucigramas, el Scrabble y los grafitis” (Rob Pope, The English Studies Book: An Introduction to Language, Literature and Culture, 2a ed., Madrid, 2002). Routledge, 2002)