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¿Cómo se llaman los versos de 12 sílabas?

marzo 30, 2022

Significado dodecasílabo

Sin embargo, ninguna tradición es tan sencilla. Cada una de ellas aplica restricciones adicionales (como la obligación de acentuar o no ciertas sílabas) y opciones (como una sílaba adicional permitida o requerida al final de uno o ambos hemistiquios). Así, un verso que es métrico en una tradición puede no serlo en otra.

El término “alejandrino” puede utilizarse con mayor o menor rigor. Peureux sugiere que sólo el verso silábico francés con una estructura de 6+6 es, estrictamente hablando, un alejandrino[2] Preminger et al. permiten un alcance más amplio: “En sentido estricto, el término ‘alejandrino’ es apropiado para los metros silábicos franceses, y sólo puede aplicarse a otros sistemas métricos cuando también adoptan el silabismo como principio, introducen la acentuación frasal o respetan rigurosamente la cesura medial, como en el caso del francés. “El uso común en las literaturas de las lenguas europeas es aún más amplio, abarcando líneas silábicas, acentuales-silábicas y (inevitablemente) situadas ambivalentemente entre ambas; líneas de 12, 13 o incluso 14 sílabas; líneas con cesuras obligatorias, predominantes y opcionales.

Ejemplo de dodecasílabo

El verso silábico es una forma poética que tiene un número fijo o restringido de sílabas por verso, mientras que el acento, la cantidad o el tono desempeñan un papel claramente secundario -o ninguno- en la estructura del verso. Es común en las lenguas de ritmo silábico, como el francés o el finlandés, a diferencia de las lenguas de ritmo acentual, como el inglés, en las que el verso acentual y el verso acentual-silábico son más comunes.

Muchas lenguas europeas tienen una importante tradición de versos silábicos, sobre todo el italiano, el español, el francés y las lenguas bálticas y eslavas. Estas tradiciones suelen impregnar tanto el verso popular como el literario, y han evolucionado gradualmente a lo largo de cientos o miles de años; en cierto sentido, la tradición métrica es más antigua que las propias lenguas, ya que (al igual que éstas) desciende del protoindoeuropeo[1].

A menudo se da a entender[2] -pero no es cierto- que el acento de las palabras no desempeña ningún papel en la prosodia silábica de estas lenguas. De hecho, en la mayoría de estas lenguas el acento de la palabra es mucho menos prominente que en, por ejemplo, el inglés o el alemán; no obstante, está presente tanto en la lengua como en el metro. A grandes rasgos, los metros silábicos de estas lenguas siguen el mismo patrón:

Ejemplos de poemas de 12 sílabas

Como ya sabrán los que han leído mi serie El arte de la escansión, una de mis obsesiones de los últimos tiempos han sido los fundamentos que sustentan el verso formal. El verso inglés está estructurado en base al ritmo prosódico, pero este tipo de mecanismo está disponible principalmente porque el inglés es una lengua de ritmo acentuado: la poesía se produce como una secuencia de ritmos.

En cambio, el español es una lengua de ritmo silábico. No hay un sistema de dos niveles entre sílabas acentuadas y no acentuadas como ocurre en inglés, y con sólo cinco vocales – /a e i o u/ – tampoco hay distinciones largas/cortas del tipo que caracterizaba al verso clásico. En otras palabras, el español, tal vez más que cualquier otra lengua europea, se encuentra dependiendo del tiempo inherente al propio silabeo para desarrollar su poesía. Utilicemos, pues, ejemplos del corpus de Jorge Luis Borges para examinar los tres grandes tipos de poesía formal española.

En la primera parte de esta serie, examinamos el modo por defecto de la versificación española -su análogo a nuestro pentámetro yámbico-, el endecasílabo. En la segunda, examinamos su metro más musical y su análogo en la balada, el octasílabo. Ahora nos ocuparemos de la forma más larga del verso español, el alejandrino.

Línea de 14 sílabas

Así pues, las variantes sólo son relevantes en el contexto de la poesía métrica. El verso en blanco es un metro que consiste en un pentámetro yámbico sin rima. Es el verso de las Obras de Shakespeare y el verso del Paraíso Perdido de Milton.

El primer verso que parece irregular es el cuarto. Sin embargo, este verso no es, de hecho, una variante. Milton solía escribir un verso en blanco muy estricto en cuanto al número de sílabas. Por eso, si un verso parece contener una sílaba de más, especialmente en Milton, suele haber una forma de leerlo manteniendo la integridad del verso pentámero. En el caso del cuarto verso, -viest (de envest) debería elidirse (o sinerizarse, como dicen algunos metristas), convirtiéndolo en una sílaba en lugar de dos.

Suponer que un poeta quiere que se elidan dos sílabas, cuando el hábito del habla nos dice que pueden serlo, suele ser una suposición segura para los poetas del siglo XIX. Pero esta afirmación, como todas las cosas, no está exenta de polémica. Algunos metristas afirmarán que los anapestos no deben esconderse bajo la alfombra y que la elisión no es más que una evitación mojigata de los anapestos. Todo puede llevarse demasiado lejos; y no todos los anapestos deben ser extirpados. Por otra parte, los metristas que se oponen a la elisión (como en el caso anterior) no responden a la pregunta de por qué tantos anapestos durante este período de la poesía se producen con palabras que pueden ser fácilmente elididas o sinerizadas. Incluso en el siglo XX, Robert Frost lee con frecuencia los pies anapésticos como yámbicos. En Birches, escribe They are pero contrae las palabras para leer They’re al recitar el poema. Es difícil que los críticos lo discutan. En la poesía anterior al siglo XX, es difícil encontrar anapestos indiscutibles, a menos que se considere que todas las cesuras épicas son anapestos (más adelante se hablará de ello). La respuesta pragmática es que los poetas veían en palabras como envest una especie de término medio, un compromiso entre las anapestas y un ritmo yámbico más estricto. Así de sencillo.

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