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¿Cuál es la diferencia entre mente y conciencia?

abril 11, 2022

La mente y la conciencia

La diferencia entre la mente, el cerebro y la conciencia es una cuestión que ha eludido a científicos, sabios y estudiosos durante milenios. A veces los términos se utilizan indistintamente, pero hay importantes diferencias de significado:

De los tres términos, “el cerebro” es el más fácil de definir. El cerebro puede verse, fotografiarse e incluso diseccionarse. Se puede describir físicamente y se puede comprobar y registrar el funcionamiento de sus distintos componentes. El cerebro es el centro del sistema nervioso y recibe información de los sentidos y de otras partes del sistema nervioso, las procesa y actúa en consecuencia.

A diferencia del cerebro, la mente no se puede “ver”. Es difícil, si no imposible, determinar dónde está la mente. La mente es el aspecto de ti que es el “yo”. Es tu pensamiento, tu conciencia, tu percepción y tu juicio. La mente utiliza el cerebro, pero es más que el cerebro.

La naturaleza de la conciencia es una de las grandes preguntas sin respuesta. Todos sabemos que somos seres conscientes, pero ¿cuál es la naturaleza de esta conciencia? ¿Cómo somos conscientes de nuestra propia naturaleza? ¿En qué se diferencia nuestra conciencia de la de otras personas u otros animales? Los filósofos y neurocientíficos siguen luchando con estas preguntas, pero hay algunas cosas de las que se puede estar seguro.

Qué es la conciencia

En este post vamos a responder a la pregunta “¿Cuál es la relación entre el cerebro, la mente y la conciencia?”. Explicaremos la relación entre estos dos conceptos y también, explicaremos la neurofisiología de la mente y las principales disputas de estos conceptos.

Los avances en el conocimiento de la actividad cerebral aportados por las Neurociencias hacen pensar a algunos que este misterio está a punto de resolverse. ¿Es esto cierto y en qué sentido? ¿Pueden las Neurociencias dar paso a una reducción de la mente a la mera actividad del cerebro como pretende la explicación materialista, o es todo lo contrario?

Pasan décadas en la historia de la psicología y la neurociencia, pero seguimos sin atribuir un lugar específico a la mente; a lo sumo, el cerebro es el conjunto de órganos al que atribuimos, de forma bastante imprecisa, esa capacidad de albergar vida mental. Pero, ¿es esto exacto? Para entenderlo, vayamos a los orígenes de la cuestión de dónde está la mente.

La teoría dualista de Descartes es posiblemente el primer gran esfuerzo de la historia de la humanidad por localizar esa vida mental en la anatomía humana: el francés propuso la glándula pineal como la estructura de la que emanan nuestros pensamientos.

Mente consciente – deutsch

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En primer lugar, consideremos los términos “mente” y “cerebro”. Mientras que “cerebro” obviamente no necesita definición, “mente” presenta más bien una dificultad. Normalmente, el término se utiliza para referirse a acontecimientos abstractos que flotan libres de la escualidez biológica de los circuitos neuronales y las sustancias químicas. Pero más que una actividad mental vaga, “mente” se utiliza también para aspectos personales de la función cerebral, como en “no me importa”, “amplía la mente”, “decídete”, etc. Por lo tanto, me atrevería a decir que “mente” está muy cerca de lo que podríamos denominar “personalidad”, pero la gran diferencia es que la personalidad está en el ojo de un observador en tercera persona, mientras que “mente” es una perspectiva en primera persona, es decir, es lo que sientes al ser tú y no lo que otras personas juzgan que eres.

Consideremos ahora la posibilidad de “perder la cabeza” o “volar la cabeza”. Dado que seguimos siendo conscientes cuando se producen estos acontecimientos, a menudo muy buscados, sugiero que es un error confundir “mente” con “conciencia”. Basta con pensar un poco más en estar “fuera de sí”. En tales situaciones, el individuo ya no accede a perspectivas cognitivas personalizadas, el mundo ya no tiene un significado personalizado y, en cambio, uno es el receptor pasivo de la información sensorial entrante. Para un participante en una rave, por ejemplo, se prima un mundo despojado de todo contenido cognitivo, donde la fuerza de la estimulación abstracta -el ritmo, la música, el calor- es la característica dominante. Es un poco como volver a la confusión retumbante y zumbante del infante de William James. Sin embargo, la conciencia sigue prevaleciendo. ¿Qué puede estar pasando en el cerebro? Evidentemente, los genes no han cambiado, ni las macro regiones cerebrales, ni siquiera las conexiones físicas y potenciales que conforman la “mente”: en cambio, lo que ocurre es cómo son las conexiones o, más concretamente, cómo no se accede a ellas (Fig. 1).

Conciencia humana deutsch

En la década de 1990, el neurocientífico Melvyn Goodale comenzó a estudiar a personas con una condición llamada agnosia visual de la forma. Estas personas no pueden ver conscientemente la forma o la orientación de los objetos, pero actúan como si pudieran hacerlo. “Si les pones un lápiz delante y les preguntas si es horizontal o vertical, no te lo pueden decir”, dice Goodale, director fundador del Instituto del Cerebro y la Mente de la Universidad de Western en Londres (Canadá). “Pero, sorprendentemente, pueden estirar el brazo y coger el lápiz, orientando su mano correctamente al estirar el brazo para hacer contacto con él”.

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