Cómo enseñar la comprensión lectora
Existen muchas estrategias de lectura para mejorar la comprensión lectora y las inferencias, como la mejora del vocabulario, el análisis crítico del texto (intertextualidad, hechos reales frente a narración de hechos, etc.) y la práctica de la lectura profunda[5].
La capacidad de comprender un texto depende de las habilidades del lector y de su capacidad para procesar la información. Si el reconocimiento de palabras es difícil, los alumnos utilizan demasiada capacidad de procesamiento para leer palabras individuales, lo que interfiere en su capacidad de comprender lo que se lee.
Las personas aprenden las habilidades de comprensión a través de la educación o la instrucción, y algunas aprenden por medio de experiencias directas[6]. La lectura competente depende de la capacidad de reconocer las palabras con rapidez y sin esfuerzo[7] También está determinada por el desarrollo cognitivo del individuo, que es “la construcción de los procesos de pensamiento”.
Hay características específicas que determinan el éxito de un individuo en la comprensión de un texto, entre las que se incluyen los conocimientos previos sobre el tema, un lenguaje bien desarrollado y la capacidad de hacer inferencias a partir de preguntas metódicas y el seguimiento de la comprensión, como: “¿Por qué es importante esto?” y “¿Necesito leer todo el texto?” son ejemplos de preguntas sobre pasajes[8].
Nivel de comprensión lectora
Desde la señal de tráfico más sencilla hasta la hora más compleja, leemos todos los días. Es una parte tan natural y esperada de la vida cotidiana que a menudo lo hacemos sin pensar. Reconocemos las letras, entendemos las palabras y comprendemos lo que dicen esas palabras. Sencillo y fácil, ¿verdad?
Es posible que no recuerde que le hayan enseñado directamente, y es poco probable que lo hayan hecho. La comprensión lectora es una habilidad que se aprende a lo largo de la escolaridad. Se integra en cada asignatura, en cada lección, en cada día.
Aprendemos la comprensión a través del dominio de otras habilidades. La recopilación y el dominio de habilidades como el lenguaje, la secuenciación, la comparación y el contraste de ideas, permiten comprender lo que se comunica.
La comprensión lectora es la capacidad de procesar lo que se lee, comprender el significado que el autor intenta transmitir -tanto textual como subtextualmente- y hacer inferencias basadas en conocimientos previos.
En esta habilidad fundamental influyen factores externos. Las habilidades cognitivas del lector, como el procesamiento visual, la velocidad de procesamiento y las habilidades lógicas y de razonamiento, pueden influir en su capacidad de comprensión del texto.
Habilidades de lectura
Cuando se identifica que los alumnos no alcanzan un progreso anual adecuado en su lectura, es seguro que existe un déficit en sus habilidades básicas de lectura. Sin embargo, a menudo, cuando los alumnos tienen problemas con la lectura, los educadores concentran erróneamente todos sus esfuerzos en mejorar la comprensión. Sin embargo, en muchos casos, es la falta de habilidades básicas de lectura -conciencia fonémica y fonética, que conducen a habilidades de decodificación deficientes- lo que provoca la mala comprensión de los alumnos.
Por eso es tan importante desarrollar las destrezas básicas de conciencia fonémica y fonética al comienzo de la enseñanza de la lectura: ayuda a los alumnos a desarrollar destrezas automáticas de decodificación para que puedan concentrarse en el significado de lo que están leyendo. Otras áreas que pueden contribuir son la falta de conocimientos previos o las estrategias limitadas. Una vez que los estudiantes tienen una base de habilidades básicas, hay varias estrategias de lectura basadas en la investigación que se pueden enseñar para ayudarles a mejorar su aptitud de lectura. Es importante ayudar a los estudiantes a desarrollar y poseer estrategias para fomentar el aprendizaje permanente a través de la lectura.
Técnicas y estrategias de lectura
El inicio de la lectura abarca la adquisición de los múltiples actos, habilidades y conocimientos que permiten a los individuos comprender el significado del texto. La lectura es una actividad psicolingüística compleja y, por lo tanto, el inicio de la lectura es un proceso largo y complejo en el que el alumno adquiere experiencia en las diversas habilidades perceptivas, sensoriales, lingüísticas, cognitivas, metacognitivas y sociales que intervienen en la conducta de leer y escribir. A través de este proceso, el niño adquiere un conocimiento funcional de los propósitos, usos y principios del sistema de escritura.
Aunque una gran parte de la adquisición de la alfabetización se produce en el contexto de la enseñanza formal de la lectura, la conciencia y los conocimientos relacionados con la alfabetización comienzan a desarrollarse mucho antes de la escolarización formal, a través de las actividades previas a la lectura y las interacciones con la letra impresa en el hogar y el entorno. Los logros alcanzados antes de la escolarización formal preparan al niño para el posterior desarrollo de la alfabetización en la escuela.
Existen importantes diferencias entre las experiencias de alfabetización temprana de los niños. Algunos niños están expuestos a una amplia gama de experiencias de alfabetización temprana. Se les lee con frecuencia y regularidad, están expuestos a actividades de lenguaje oral y escrito, como jugar con el ordenador o con juegos de palabras, experimentan el uso funcional de materiales impresos en su hogar y en el entorno preescolar, y cuentan con adultos modelo que valoran la lectura y la utilizan de diversas formas intencionadas. En 1990, Marilyn J. Adams estimó que los niños de estos hogares convencionales están expuestos a miles de horas de actividades prelectorales antes de entrar en el primer grado. En cambio, hay niños a los que nunca o rara vez se les lee, que viven en hogares con pocos libros, que rara vez están expuestos a actividades ricas en lenguaje oral y escrito, y que interactúan con pocos modelos adultos que utilicen la lectura y la escritura para sus propios fines. Estos dos grupos de niños difieren mucho en su conciencia y conocimiento de los conceptos relacionados con la alfabetización.