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¿Qué beneficios tiene ejercitar la lengua?

abril 5, 2022

El ejercicio de la lengua ayuda en el alzheimer

Puede parecer un poco extraño y sorprendente que una estructura tan pequeña como la lengua pueda influir en todo, desde la forma de respirar, dormir, hablar, tragar y mantener la postura del cuerpo. Y lo que es más sorprendente, la mejor manera de respirar por la nariz es conseguir la postura ideal de la lengua. Siga leyendo para saber cómo la terapia miofuncional, también conocida como terapia lingual, ayuda a conseguir estos objetivos.

La terapia miofuncional es un tipo de ejercicio de fisioterapia para la lengua y la cara que le ayuda a respirar y a dormir mejor junto con la obtención de una mejor fuerza y coordinación al hablar, masticar y tragar. Tómese un minuto y observe cómo está respirando en este momento, y dónde está su lengua actualmente. Si su lengua no está descansando adecuadamente, es probable que usted tampoco esté respirando correctamente.

Aunque hemos dedicado tanto tiempo a tonificar y entrenar nuestro cuerpo, parece que nos hemos olvidado de prestar atención a los músculos que nos ayudan a comunicar nuestros sentimientos al mundo. Hay más de 100 músculos en la cabeza, el cuello y la cara que colaboran y trabajan individualmente también para ayudarnos a sonreír, fruncir el ceño y poner morritos. Los músculos de la cara, al ser los únicos que están directamente unidos a la piel, son los que te dan las expresiones faciales y permiten ser manipulados por la terapia miofuncional y el yoga facial. Con el ejercicio, se obtienen beneficios como músculos bien definidos y estructura corporal. Del mismo modo, con la terapia miofuncional oral, puede tener una cara más estructurada junto con una línea de la mandíbula cincelada.

Ejercicio de lengua para hablar con claridad

La disfagia es una afección caracterizada por la dificultad para masticar y tragar correctamente los alimentos o líquidos. La acción de masticar y tragar implica la coordinación entre el cerebro, los nervios y los músculos. Los daños en el cerebro provocados por un accidente cerebrovascular, una demencia, un tumor cerebral u otra enfermedad cerebral pueden afectar a la masticación y la deglución.  Los daños en la columna cervical (la parte superior de la columna vertebral) también pueden causar disfagia al afectar a los nervios que controlan los músculos de la masticación y la deglución.

La lengua es un participante clave en el mecanismo de la deglución. Mueve los alimentos por la boca y ayuda a formar un bolo alimenticio adecuado (comida masticada y lubricada). La lengua también es necesaria para transportar el bolo alimenticio hacia la faringe (parte posterior de la garganta), donde puede ser canalizado hacia el esófago por otros músculos de importancia similar.

Los accidentes cerebrovasculares y otras lesiones cerebrales pueden perjudicar el movimiento de la lengua, lo que invariablemente perjudica la capacidad de tragar. La falta de capacidad normal para tragar es un problema grave y puede provocar una neumonía o un atragantamiento grave, lo que puede impedir que el aire llegue a los pulmones.

Vídeo de ejercicios de lengua

La disfagia es una afección caracterizada por la dificultad para masticar y tragar correctamente los alimentos o líquidos. La acción de masticar y tragar implica la coordinación entre el cerebro, los nervios y los músculos. Los daños en el cerebro provocados por un accidente cerebrovascular, una demencia, un tumor cerebral u otra enfermedad cerebral pueden dificultar la masticación y la deglución.  Los daños en la columna cervical (la parte superior de la columna vertebral) también pueden causar disfagia al afectar a los nervios que controlan los músculos de la masticación y la deglución.

La lengua es un participante clave en el mecanismo de la deglución. Mueve los alimentos por la boca y ayuda a formar un bolo alimenticio adecuado (comida masticada y lubricada). La lengua también es necesaria para transportar el bolo alimenticio hacia la faringe (parte posterior de la garganta), donde puede ser canalizado hacia el esófago por otros músculos de importancia similar.

Los accidentes cerebrovasculares y otras lesiones cerebrales pueden perjudicar el movimiento de la lengua, lo que invariablemente perjudica la capacidad de tragar. La falta de capacidad normal para tragar es un problema grave y puede provocar una neumonía o un atragantamiento grave, lo que puede impedir que el aire llegue a los pulmones.

Ejercicio de lengua para la pronunciación

El IOPI mide la fuerza de la lengua midiendo la presión máxima que un individuo puede producir en una bombilla de tamaño estándar llena de aire al presionar la bombilla contra el paladar con la lengua. La presión máxima alcanzada se muestra en una pantalla LCD grande y fácil de leer. Las unidades mostradas son kilopascales (kPa), basadas en la unidad de presión reconocida internacionalmente, el Pascal (Pa).

La fuerza de compresión de los labios depende de la fuerza del complejo muscular circunferencial que rodea la boca. La tensión de estos músculos es lo que permite que los labios se compriman entre sí. El bulbo, colocado bajo los labios en la comisura de la boca, mide la presión máxima que se crea cuando un paciente presiona los labios y los “frunce” con toda su fuerza.

El IOPI tiene una fila vertical de luces (LED) en la parte delantera del instrumento. Cuanto mayor sea la presión, mayor será la posición de la luz que se encienda. Producir una presión que pueda encender la luz superior (verde) puede considerarse como una “victoria” (“¡He dado en el blanco!”). La presión necesaria para encender la luz verde en la parte superior de la matriz luminosa del IOPI puede ajustarse mediante los botones de flecha Set Max. El profesional médico determina qué valor objetivo es apropiado para los fines de la terapia de ejercicio y proporciona instrucciones específicas al paciente para un protocolo de ejercicio particular. Un protocolo debe incluir el valor objetivo a establecer, el número de veces que se debe iluminar la luz verde y, para cada repetición, cuánto tiempo debe estar iluminada la luz verde antes de liberar la presión sobre la bombilla.

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