Qué drogas son legales en Colombia
La división principal de Flora Growth es Cosechemos, una instalación de cultivo y extracción de cannabis situada en Bucaramanga, Colombia. Esta división se estableció para producir derivados de cannabis naturales y de alta calidad que se venderán a través de canales mayoristas y minoristas en el mercado mundial de cannabis.Desde el principio, Flora está construyendo una base diseñada para superar las expectativas del cliente a través de instalaciones construidas especialmente para el cultivo, la extracción y la fabricación que cumplen con las normas GMP de la UE o equivalentes.Con la incertidumbre rampante en la calidad del producto en toda la industria del cannabis, el objetivo de Flora es ofrecer una solución de cannabis fiable y asequible. Al controlar la calidad del producto en toda nuestra cadena de valor, creemos que podemos cumplir con confianza las estrictas normas de nuestros países objetivo.
Cosechemos tiene una ubicación ideal para el cultivo de cannabis, con una media de más de 12,5 horas de luz solar natural al día, una elevación que da lugar a una brisa constante que reduce los patógenos, un suelo orgánico rico en nutrientes y seis depósitos de agua de manantial natural.La instalación de Cosechemos tiene licencia para cultivar 247 acres (100 hectáreas) de cannabis y está cultivando activamente cannabis para producir flores y derivados comerciales de THC y CBD. Cosechemos ha iniciado la certificación orgánica y Global G.A.P. de terceros para garantizar la calidad del producto y la exportación a un mercado global.
Colombia
Según fuentes cercanas al asunto, la Corte Constitucional de Colombia dictaminó que partes del Código de Policía de 2017 del presidente Iván Duque, que prohibía el consumo público de cannabis, entre otras cosas, es inconstitucional, ya que viola los derechos fundamentales de los ciudadanos en lugar de proteger la seguridad pública y de los niños como se suponía.
“El Código de Policía entró en vigor en 2017 como un intento político de limitar y castigar el consumo de cannabis después de que se aprobara el uso medicinal, y muchas partes de su código se consideran onerosas e injustificadas”, dijo a Miller el senador opositor Gustavo Bolívar. Sin embargo, añade el autor, el fallo se basó en realidad en “errores técnicos legislativos”, más que en una voluntad política de cambiar las leyes.
Natalia Springer explica cuáles son estos problemas técnicos en un sitio web en español. Asegura que el Código de Policía estaba tan mal redactado que el Tribunal tuvo que anularlo. La ley consideraba que beber una lata de cerveza durante un picnic al mediodía era el mismo tipo de delito que vender un kilo de cocaína junto a una escuela primaria, dice, y explica que el fallo de la Corte no trata de apoyar el consumo de drogas en espacios públicos, sino de obligar al Congreso a reescribir el Código de Policía de una manera más sensata.
¿Es legal el cbd en Colombia?
Tras un desastroso 2020 en el que las tres principales empresas cannábicas del país registraron pérdidas de más de 20 millones de dólares cada una, en 2021 el Gobierno levantó la prohibición de exportar flores de cannabis. Los cambios en la ley hicieron que los cultivadores locales fueran más competitivos en los mercados europeos y norteamericanos. Esto estimuló la industria y equiparó sus leyes con las de otros países. También supuso una afluencia de nuevas inversiones monetarias en un mercado que retrocedía debido a las restricciones. El decreto permitió la comercialización nacional y el uso industrial del CBD en categorías adicionales de productos industriales no médicos, como el bienestar, los cosméticos, los alimentos y las bebidas funcionales, y la expansión de la distribución de cannabis medicinal en la mayoría de las farmacias del país.
El gobierno declaró la industria como un Proyecto de Interés Nacional Estratégico, lo que significa que se le da prioridad cuando se trata de legislación, licencias y regulaciones, demostrando que se toman en serio el crecimiento futuro.
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El cannabis se cultiva en Colombia desde finales de la época colonial, cuando se cultivaba cáñamo por sus fibras industriales. Sin embargo, incluso en esa época, el cannabis era reconocido por sus usos psicoactivos, pero éstos quedaron confinados en gran medida a los márgenes de la sociedad colombiana, y fueron desalentados por la iglesia católica y la legislación nacional.[1] En la década de 1920, posiblemente estimulado por el uso más amplio del cannabis en el Caribe, el uso recreativo del cannabis surgió en los puertos del Atlántico, particularmente en Barranquilla, lo que llevó al gobierno colombiano a restringir aún más el cannabis en 1939 y 1946.[2]
En los años sesenta y setenta, los traficantes de cannabis norteamericanos hicieron incursiones en Colombia, lo que llevó a un auge de la producción en la Sierra Nevada de Santa Marta y la península de Urabá, donde el cannabis se introducía de contrabando en los masivos envíos de plátanos de la región hacia el norte[1].