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¿Qué operas escribió Mozart?

abril 16, 2022

Las 100 mejores óperas

Mozart compuso 22 óperas a lo largo de sus 35 años. Su habilidad para aprender y dominar rápidamente cualquier estilo musical le facilitó la creación de óperas. La música de las óperas de Mozart es aparentemente sencilla, pero bajo ella subyace una fuerte corriente de innovación.

Mozart no se limitó a escribir óperas, sino que mejoró el género en su conjunto. Sus nuevas técnicas llevaron a las óperas de la época a nuevos niveles de sofisticación musical y profundidad emocional, dejando que la música expresara el drama.

Pero la música no fue la única forma de mejorar la ópera. Los excelentes argumentos y los personajes realistas y humanos de sus obras eran muy novedosos para la época. De hecho, buscó durante mucho tiempo antes de encontrar un libretista (Lorenzo da Ponte) lo suficientemente bueno como para escribir para la música del compositor.

Dado que la ópera contiene elementos turcos, Mozart compuso una música que sonaba a turco. El arte turco era muy popular en Europa por aquel entonces, y esto, unido al divertido argumento, hizo que la ópera fuera un éxito rotundo. Mozart ganó bastante dinero con las representaciones de esta ópera.

Mozart stein der weisen

Mozart escribió un total de 22 óperas a lo largo de su vida, incluyendo ejemplos de ópera seria y ópera buffa.  El sofisticado uso que Mozart hace de la orquesta y la variedad de colores, expresan el estado emocional de sus personajes, incluso durante la acción dramática de rápido movimiento y los momentos cómicos.

La música de Idomeneo (estrenada en enero de 1781) es innegablemente innovadora en cuanto a su estructura. Los conjuntos no solían aparecer en las óperas clásicas o mitológicas, conocidas como ópera seria. Pero en Idomeneo, Mozart utiliza un dúo, un trío y un cuarteto para lograr un impacto dramático. El dramatismo de la música refleja el apasionante argumento.

Basado en una historia de la antigua Grecia, el héroe de guerra Idomeneo hace el voto de sacrificar a la primera persona que encuentre después de salvarse de morir ahogado. Idomeneo queda desolado cuando la primera persona que encuentra es su hijo Idamante. Su incapacidad para sacrificar a su hijo hace que los dioses inflijan daño a miles de su pueblo. Finalmente, Idomeneo cuenta la verdad y la valentía de Idamante es recompensada con el nombramiento de rey. Idomeneo fue la decimotercera obra teatral de Mozart y es un buen ejemplo de su refinado estilo compositivo.

Las mejores óperas de Verdi

Cuando el pianista canadiense Glenn Gould declaró que Mozart “fue un mal compositor que murió demasiado tarde y no demasiado pronto”, lo hizo en una época en la que el gran hombre era adorado con una reverencia casi sagrada.

Los esfuerzos más recientes por separar el mito de Mozart de la realidad han puesto de relieve el genio de un artista creativo que comprendió a la humanidad en su infinita variedad y fue capaz de traducir esa comprensión en música de profunda invención. Sus mejores obras escénicas se comparan con las de Shakespeare. Creó nuevas piezas vocales pensando en cantantes concretos, aceptando sus puntos fuertes y débiles como fuerzas significativas de conformación en el acto de composición.

Mozart asimiló la esencia de los modelos existentes de música para la escena y la iglesia, y los elevó a nuevas cotas de inspiración. Sus primeras óperas italianas y piezas para el teatro de habla alemana rara vez desafían las convenciones existentes, pero sientan las bases para las obras que rompen moldes de sus últimos años. Asimismo, sus misas de Salzburgo prepararon el camino para las grandes obras sacras de sus años en Viena, entre ellas la Misa en do menor y el Réquiem.

Las mejores óperas

Cuando el pianista canadiense Glenn Gould declaró que Mozart “fue un mal compositor que murió demasiado tarde y no demasiado pronto”, lo hizo en una época en la que el gran hombre era adorado con una reverencia casi sagrada.

Los esfuerzos más recientes por separar el mito de Mozart de la realidad han puesto de relieve el genio de un artista creativo que comprendió a la humanidad en su infinita variedad y fue capaz de traducir esa comprensión en música de profunda invención. Sus mejores obras escénicas se comparan con las de Shakespeare. Creó nuevas piezas vocales pensando en cantantes concretos, aceptando sus puntos fuertes y débiles como fuerzas significativas de conformación en el acto de composición.

Mozart asimiló la esencia de los modelos existentes de música para la escena y la iglesia, y los elevó a nuevas cotas de inspiración. Sus primeras óperas italianas y piezas para el teatro de habla alemana rara vez desafían las convenciones existentes, pero sientan las bases para las obras que rompen moldes de sus últimos años. Asimismo, sus misas de Salzburgo prepararon el camino para las grandes obras sacras de sus años en Viena, entre ellas la Misa en do menor y el Réquiem.

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