Saltar al contenido

¿Qué le dijo un ciego a otro ciego?

abril 7, 2022

Chistes de ciegos

“El ciego guiando al ciego” es un modismo[1] y una metáfora en forma de frase paralela, se utiliza para describir una situación en la que una persona que no sabe nada recibe consejos y ayuda de otra persona que no sabe casi nada[2].

Supongamos una fila de ciegos, cada uno de los cuales se aferra al que tiene delante: el primero no ve, el del medio no ve, el último no ve. Del mismo modo, la declaración de los brahmanes resulta ser una fila de ciegos, por así decirlo: el primero no ve, el del medio no ve, el último no ve.- Canki Sutta (MN 95)[5]

“Toda planta que mi Padre celestial no ha plantado será arrancada de raíz. Dejadlos; son guías ciegos [de los ciegos]. Si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un pozo”- Mateo 15:13-14

La frase aparece en Adagia, una colección anotada de proverbios griegos y latinos, compilada durante el Renacimiento por el humanista holandés Desiderius Erasmus Roterodamus. La primera edición, titulada Collectanea Adagiorum, se publicó en París en el año 1500[8].

Los mejores chistes de padres

“El ciego”, dijo una voz afligida, así que se encogió de hombros y abrió la puerta con una mano mientras buscaba su bolso con la otra. Cuando se volvió para mirar al hombre, éste sonreía de oreja a oreja y ella vio que llevaba un gran paquete en los brazos.

Un compañero de nuestra oficina nos contó un incidente doméstico del que había sido espectador inocente pero perplejo. Nuestro amigo había llamado a un reparador de persianas venecianas para que viniera a recoger una persiana defectuosa, y a la mañana siguiente, mientras la familia estaba sentada en la mesa del desayuno, sonó el timbre. La mujer de nuestro amigo se dirigió a la puerta y el hombre que estaba fuera le dijo: “Vengo por la persiana veneciana”. Excusándose de forma preocupada, la esposa fue a la cocina, sacó un dólar del dinero de la comida, lo puso en la mano del reparador, luego cerró suavemente la puerta y volvió a la mesa. “Alguien está cobrando”, explicó, sirviendo el café.

Después de conferir sobre esto durante un rato, las dos monjas deciden cerrar la puerta de la habitación, quitarse los hábitos y pintar desnudas. En medio del proyecto, llaman a la puerta. “¿Quién es?”, llama una de las monjas. “Un ciego”, responde una voz desde el otro lado de la puerta.

Chistes de huérfanos

Mientras Jesús avanzaba, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: “Rabí, ¿quién pecó, este hombre o sus padres, para que haya nacido ciego? “Ni él ni sus padres pecaron”, respondió Jesús, “Nació ciego para que se manifestaran en él las obras de Dios”. Mientras dure el día, debo llevar a cabo la obra del que me ha enviado; pronto llegará la noche, cuando nadie pueda trabajar. Mientras esté en el mundo, soy la luz del mundo”.

Dicho esto, escupió en el suelo, hizo una pasta con la saliva, la puso sobre los ojos del ciego y le dijo: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé (nombre que significa enviado)”. Entonces el ciego fue a lavarse y salió con la vista restablecida.

Sus vecinos y la gente que antes le había visto mendigando dijeron: “¿No es éste el hombre que solía sentarse a mendigar?”. Algunos dijeron: “Sí, es el mismo”. Otros dijeron: “No, sólo se parece a él”. El hombre mismo dijo: “Yo soy el hombre”. Entonces le dijeron: “Entonces, ¿cómo es que tiene los ojos abiertos?” “El hombre llamado Jesús”, respondió, “hizo una pasta, embadurnó mis ojos con ella y me dijo: “Ve a lavarte a Siloé”. Así que fui y cuando me lavé pude ver”. Le preguntaron. “¿Dónde está?” “No lo sé”, respondió él….

Chistes de padres

El ciego de Betsaida es el protagonista de uno de los milagros de Jesús en los Evangelios. Sólo se encuentra en Marcos 8:22-26.[1][2] La ubicación exacta de Betsaida en esta perícopa es objeto de debate entre los estudiosos, pero es probable que fuera Betsaida Julias, en la orilla norte del lago de Galilea[1].

El Nuevo Testamento sólo describe otro milagro realizado en Betsaida, la alimentación de la multitud en Lucas 9:16, aunque Juan 21:25 afirma que Jesús hizo muchas más cosas de las que se han registrado.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad