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¿Cuáles son las partes del oído?

abril 8, 2022

Anatomía del oído

También conocido como órgano vestibulococlear, actúa como receptor y filtro en el que los estímulos auditivos se transforman en información que posteriormente es descodificada por el cerebro. Por lo tanto, las principales funciones que realiza el oído son detectar, transmitir y convertir los sonidos en impulsos eléctricos.

El entrenamiento auditivo puede ayudar a algunas personas que sufren sordera o pérdida de audición a recuperar la capacidad de recibir y procesar el sonido y comprender el lenguaje hablado con mayor fluidez. Por ejemplo, los centros auditivos como Audifón ofrecen a sus clientes unas sencillas instrucciones para realizar en casa una serie de ejercicios de rehabilitación auditiva que ayudan a los oídos a reconocer determinadas frecuencias y a mejorar los niveles de audición.

Oído interno

El canal auditivo comienza en el oído externo y termina en el tímpano. El canal tiene una longitud aproximada de un centímetro. La piel del conducto auditivo es muy sensible al dolor y a la presión. Bajo la piel, el tercio exterior del conducto es cartílago y los dos tercios interiores son hueso.

El tímpano tiene el tamaño de una moneda de diez centavos y es del mismo tamaño en el recién nacido que en el adulto. El término médico para el tímpano es la membrana timpánica. El tímpano es una membrana gris transparente. En la parte central del tímpano se encuentra el hueso del oído medio (el martillo).

El espacio dentro del tímpano se llama oído medio. En el oído medio se encuentran tres de los huesos más pequeños del cuerpo: el martillo, el yunque y el estribo. Estos huesos también se conocen como el martillo, el yunque y el estribo. El término médico para los tres huesos juntos es huesecillos del oído medio.

Oído humano

El oído es el órgano que permite la audición y, en los mamíferos, el equilibrio corporal mediante el sistema vestibular. En los mamíferos, el oído se suele describir en tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído externo está formado por el pabellón auricular y el conducto auditivo. Dado que el oído externo es la única parte visible de la oreja en la mayoría de los animales, la palabra “oreja” suele referirse sólo a la parte externa[1] El oído medio incluye la cavidad timpánica y los tres huesecillos. El oído interno se encuentra en el laberinto óseo y contiene estructuras que son clave para varios sentidos: los canales semicirculares, que permiten el equilibrio y el seguimiento de los ojos cuando se mueven; el utrículo y el sáculo, que permiten el equilibrio cuando están parados; y la cóclea, que permite la audición. Los oídos de los vertebrados están situados de forma algo simétrica a ambos lados de la cabeza, lo que facilita la localización del sonido.

El oído puede verse afectado por enfermedades, incluyendo infecciones y daños traumáticos. Las enfermedades del oído pueden provocar pérdida de audición, acúfenos y trastornos del equilibrio, como el vértigo, aunque muchas de estas afecciones también pueden verse afectadas por daños en el cerebro o en las vías neuronales que parten del oído.

Partes del oído y sus funciones

El oído es el órgano sensorial que nos permite oír. La audición puede definirse como la percepción de la energía sonora a través del cerebro y el sistema nervioso central. La audición consta de dos componentes: la identificación de los sonidos (qué sonido es) y la localización de esos sonidos (de dónde proceden). El oído se divide en tres partes principales: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído interno está lleno de líquido. El oído interno también contiene los receptores del sonido que convierten el movimiento del fluido en señales eléctricas conocidas como potenciales de acción que se envían al cerebro para permitir la percepción del sonido. Por lo tanto, las ondas sonoras del aire deben ser canalizadas hacia el oído interno y transferidas a él para que se produzca la audición. La función del oído externo y del oído medio es transmitir el sonido al oído interno. También ayudan a compensar la pérdida de energía sonora que se produce de forma natural cuando las ondas sonoras pasan del aire al agua, amplificando la energía sonora durante el proceso de transmisión del sonido. Además de convertir las ondas sonoras en potenciales de acción nerviosa, el oído interno también es responsable del sentido del equilibrio, que está relacionado con nuestras capacidades generales de equilibrio y coordinación.

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