Cómo afecta la música al cerebro
Muchos de nosotros conocemos instintivamente los efectos de la música en nuestro estado de ánimo y energía. Por eso ponemos “Eye of the Tiger” para ayudarnos a superar un entrenamiento intenso o escuchamos canciones de amor lloronas después de una ruptura.
Tal vez tengas listas de reproducción de Spotify para ciertas ocasiones o simplemente disfrutes escuchando tus canciones favoritas como parte de tu vida cotidiana. En cualquier caso, tus hábitos de escucha de música pueden contribuir a tu salud y bienestar general.
De hecho, la música tiene muchos beneficios para el cuerpo, la mente y el alma. Puede mejorar el aprendizaje, la concentración y la memoria. También puede potenciar la aptitud mental, mejorar el rendimiento físico y reducir el dolor.
Exploremos los beneficios de escuchar música para el cerebro, el cuerpo y la salud mental. A continuación, analizaremos los beneficios específicos de los distintos tipos de música y cómo se puede aprovechar su poder.
El cerebro procesa todos nuestros sentidos, incluido el oído. Mantener el cerebro activo estimulándolo de diversas maneras puede proteger su salud, sobre todo a medida que envejecemos. Por eso, escuchar música es una de las actividades que pueden tener un efecto positivo en la salud del cerebro.
Música para el cerebro
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La música es una parte clave del equilibrio de la mente y puede ser uno de los mayores factores de curación para nuestros cerebros y mentes estresados. Pero antes de analizar el bienestar mental y, más aún, la salud de nuestro cerebro y el papel que puede desempeñar la música, debemos observar las pruebas evolutivas que sitúan a la música en el centro del desarrollo de nuestro cerebro humano.
Hace unos 40.000 años, en el paisaje helado de Europa central, las partidas de caza de los primeros humanos (“cromañones”) perseguían implacablemente a sus presas: manadas móviles de ciervos y jabalíes. Aquellos cazadores se enfrentaron a retos formidables. Al emigrar desde Oriente Medio, se encontraron con inviernos brutales y con la dureza de unos bosques enormes e interminables. Pero estos primeros humanos trajeron consigo sus tecnologías y su inventiva que, contra todo pronóstico, establecieron rápidamente su presencia. Y también trajeron la música.
Música para la alta concentración
“Hay pocas cosas que estimulen el cerebro como lo hace la música”, dice un otorrinolaringólogo del Johns Hopkins. “Si quiere mantener el cerebro ocupado durante el proceso de envejecimiento, escuchar o tocar música es una gran herramienta. Proporciona un entrenamiento total del cerebro”.
Los expertos intentan comprender cómo nuestro cerebro puede escuchar y reproducir música. Un equipo de música emite vibraciones que viajan por el aire y de alguna manera llegan al interior del canal auditivo. Estas vibraciones hacen cosquillas en el tímpano y se transmiten en una señal eléctrica que viaja por el nervio auditivo hasta el tronco cerebral, donde se recompone en algo que percibimos como música.
Los investigadores del Johns Hopkins han hecho que docenas de intérpretes de jazz y raperos improvisen música mientras están tumbados dentro de una máquina de IRMf (resonancia magnética funcional) para observar y ver qué zonas de sus cerebros se iluminan.
“La música es estructural, matemática y arquitectónica. Se basa en las relaciones entre una nota y la siguiente. Puede que no seas consciente de ello, pero tu cerebro tiene que hacer muchos cálculos para darle sentido”, señala un otorrinolaringólogo.
Música para la productividad
Sabemos que escuchar música nos hace sentir bien. No hay nada mejor que estar en la zona, o en el estado de ánimo adecuado, o que nos impulse a correr, a hacer pesas o a hacer fluir más rápido nuestra creatividad. Lo mismo ocurre cuando se trata de la mejor música para estudiar.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins han trabajado con intérpretes de jazz que improvisan dentro de una máquina de IRMf para ver qué zonas del cerebro se iluminan. Descubrieron que los músicos de jazz realizan improvisaciones únicas desactivando la inhibición y activando la creatividad.
Esto se suma a las investigaciones existentes que han descubierto que escuchar música reduce la ansiedad y la presión arterial, y mejora la calidad del sueño, el estado de ánimo y la memoria. Otros estudios también demuestran que la música activa las más diversas redes del cerebro humano.
“Si se quiere mantener el cerebro ocupado a lo largo del proceso de envejecimiento, escuchar o tocar música es una gran herramienta”, afirma un otorrinolaringólogo (especialista en medicina centrada en los oídos, la nariz y la garganta) del Johns Hopkins.
Las vibraciones que viajan por el aire llegan al canal auditivo y se transmiten en una señal eléctrica. Ésta viaja luego a través del nervio auditivo hasta el tronco cerebral, donde se recompone en lo que conocemos como música.