Ritmo de la poesía
El análisis métrico es el estudio del ritmo de la poesía. En general, este análisis mide (en pies) los versos de los poemas estructurados. Los pies son combinaciones de sílabas acentuadas y no acentuadas. Por ejemplo, la palabra “vela” tiene dos sílabas, la primera acentuada (o pronunciada más fuerte que la segunda) y la segunda sin acentuar (o pronunciada más suave que la primera). Para mostrar este patrón acentual, podemos escribir “vela” así
donde el signo de exclamación (!) denota acento y la ex (x) denota que no hay acento. Las preposiciones pequeñas y los artículos no suelen acentuarse en el análisis métrico porque normalmente reciben menos acento (volumen de voz) que las demás palabras. Además, como demuestra la frase “corrió hacia la costa”, “él” tiene bastante menos acento que “corrió”, por lo que se considera sin acento. Por supuesto, si el escritor tratara de enfatizar que “él” (a diferencia de “ella” o “yo”) ha corrido, entonces él recibiría un acento, y “corrió” no se acentuaría porque se hablaría mucho más suave que “él”. Se determina si una palabra o sílaba recibe un acento por el oído y por el diccionario: su oído puede decirle que “él” en el ejemplo anterior no se habla muy fuerte, y tanto su oído como su diccionario pueden decirle cuáles de las sílabas de una palabra multisilábica se hablan fuerte (tienen acento).
Poesía en metros
Una breve exploración de los diversos aspectos del sonido que se pueden utilizar al hacer un poema. La elaboración de los aspectos auditivos de un poema es lo que podríamos llamar “entrenamiento del oído”. La elaboración de los aspectos visuales es lo que llamaríamos “entrenamiento del ojo”.
El término pentámetro yámbico tiene dos partes. La primera parte se refiere al tipo de pie poético que se utiliza predominantemente en la línea. Un pie poético es una secuencia métrica básica repetida compuesta por dos o más sílabas acentuadas o no acentuadas. En el caso de un pie yámbico, la secuencia es “sin acento, con acento”. Hay otros tipos de pies poéticos que se encuentran habitualmente en la poesía en lengua inglesa.
El pie poético muestra entonces la colocación de las sílabas acentuadas y no acentuadas. Pero la segunda parte del término, pentámetro, muestra el número de pies por línea. En el caso del pentámetro, hay básicamente cinco pies por línea.
La longitud de los versos y los pies poéticos se aprecian más fácilmente en los versos más formales. El ejemplo anterior de D.G. Rossetti es obviamente un pentámetro yámbico. Y Rossetti utiliza un metro acentual-silábico para dar cuerpo a su poema con bastante éxito. Lo que la mayoría de los poetas de verso libre encuentran más útil que esta forma estricta es la métrica acentual, en la que sólo se cuentan los acentos en el verso (aunque cuando se escanea, las sílabas se siguen marcando… sólo que su número no tiene tanta importancia).
Ejemplo de poesía métrica
Una característica importante de cualquier balada impresa es su métrica. “La medida de la balada, a veces llamada “estrofa de balada” o “metro de balada”, puede definirse estrictamente como estrofas de cuatro versos que suelen rimar abcb, con el primer y el tercer verso con cuatro sílabas acentuadas y el segundo y el cuarto con tres. Otras definiciones más laxas describen la medida de la balada como cuartetas con cuatro o tres acentos en cada verso y con un esquema de rima abcb o abab. Aunque no todos los estudiosos se conforman con la definición más laxa, prácticamente todos ofrecen una variante de dicha descripción antes de calificarla.
La Nueva Enciclopedia de Poesía y Poética de Princeton restringe esta denominación a las baladas escocesas e inglesas recopiladas por Francis James Child en el siglo XIX, y sostiene que las disputas sobre la medida de la balada se centran en si es acentual o acentual-silábica.1 En la primera, los versos se recorren teniendo en cuenta sólo las sílabas acentuadas para determinar el ritmo. El verso acentual-silábico cuenta tanto las sílabas acentuadas como las no acentuadas dentro de un verso. La métrica acentual se asocia a las formas más antiguas del verso y la canción inglesa, y las rimas infantiles sirven para ilustrar cómo los acentos pueden impulsar la medida, como en “Hickory, Dickory, Dock” o “Baa Baa Black Sheep”. El número de sílabas de cada verso no es importante para el ritmo, pero los acentos siguen un patrón. La siguiente rima infantil está escaneada de forma acentuada, con las sílabas acentuadas indicadas en letra subrayada:
Qué es la medida en la poesía
Cuando vas al oftalmólogo para que te revise la vista, te sientan delante de lo que se llama foróptero y te hacen pasar por una serie de lentes para determinar cuál es la mejor para tus ojos. “¿Esto es mejor, o esto es mejor?” Cuando consigues la combinación de lentes equivocada, el mundo se ve borroso y tienes problemas para leer las letras. Cuando consigues la combinación correcta, esas letras se agudizan y puedes leer.
Leer la métrica de un poema en voz alta es una forma similar de poner a prueba tus oídos. Piensa en este verso -la apertura del famoso Soneto 18 de William Shakespeare- ¿Cuál de las siguientes lecturas suena mejor? Ésta: “¿te compararé a un día de verano?” o ésta: “¿te compararé a un día de verano?” La primera, ¿verdad?
¿Y qué hay de esta línea inicial del poema “El cuervo” de Edgar Allan Poe? Esta: “UNA VEZ EN UNA MEDIA NOCHE OSCURA, MIENTRAS PENSABA EN LA DEBILIDAD Y EL DESGASTE”? O este otro: “UNA VEZ EN UNA MEDIA NOCHE OSCURA, MIENTRAS PENSABA DÉBIL Y AGOTADA”? Otra vez la primera, ¿no?
En ambos casos, la razón por la que el primer ejemplo funciona es porque mi pronunciación coincide con la métrica poética de las palabras en cada línea. Las otras lecturas las he leído en la métrica opuesta, y suenan raras y poco naturales. Entonces, ¿cómo se describe esta diferencia?