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¿Qué es el habla y su autor?

abril 11, 2022

Características de los discursos

Los senadores y representantes pronuncian con frecuencia discursos públicos, lo que constituye un elemento importante de sus funciones como líderes comunitarios, portavoces y legisladores elegidos libremente. El personal del Congreso suele ayudar a preparar los borradores de los discursos para estos fines.

Escribir para la palabra hablada es una disciplina especial; requiere que los productos de los redactores de discursos del Congreso se escriban principalmente, aunque no exclusivamente, para ser escuchados, no leídos. Los discursos se redactan mejor con frases sencillas, directas y, a menudo, cortas, que puedan ser fácilmente comprendidas por los oyentes. Los recursos retóricos, como la repetición, la variación, la cadencia y el equilibrio, están a disposición del escritor de discursos y deben ser utilizados por éste.

Es importante que los redactores de discursos analicen el público en función de factores como la edad, el sexo, la cultura, la profesión, el tamaño de la audiencia, la afiliación política, si la hay, y la ocasión y el propósito del discurso. Los discursos más eficaces no superan los 20 minutos de duración.

Tras investigar un tema, los redactores de discursos deben preparar un esquema a partir del cual se desarrollará el discurso. Deben esforzarse por mantener un tema claro a lo largo del discurso. La mayoría de los discursos tienen una estructura de tres partes: una introducción, un cuerpo y una conclusión.

Preparar un discurso

“Mientras que el discurso directo pretende dar una interpretación literal de las palabras que se pronunciaron, el discurso indirecto es más variable al pretender representar un informe fiel del contenido o del contenido y la forma de las palabras que se pronunciaron. Sin embargo, es importante señalar que la cuestión de si un discurso es realmente fiel, y en qué medida, es de un orden muy diferente. Tanto el discurso directo como el indirecto son recursos estilísticos para transmitir mensajes. El primero se utiliza como si las palabras que se emplean fueran las de otro, que por lo tanto pivotan hacia un centro deíctico diferente de la situación de habla del informe. El discurso indirecto, por el contrario, tiene su centro deíctico en la situación del informe y es variable con respecto a la medida en que se reclama la fidelidad a la forma lingüística de lo dicho”. (Florian Coulmas, “Reported Speech: Algunas cuestiones generales”. Direct and Indirect Speech, ed. por F. Coulmas. Walter de Gruyter, 1986)

[5a] “Tengo una buena noticia”, susurró ella con picardía.[5b] “¿Qué es?”, espetó él inmediatamente.[5c] “¿No lo adivinas?”, rió ella.[5d] “¡Oh, no! No me digas que estás embarazada”, se lamentó él, con un sonido nasal quejumbroso en su voz.

Ejemplo de discurso

La mayoría de los oradores y miembros del público estarán de acuerdo en que un discurso organizado es más fácil de presentar y más persuasivo. Los profesores de oratoria creen especialmente en el poder de la organización del discurso, por lo que animan (y a menudo exigen) que se cree un esquema para el mismo. Los esquemas, o arreglos textuales de todos los elementos de un discurso, son una forma muy común de organizar un discurso antes de pronunciarlo. La mayoría de los oradores extemporáneos llevan consigo sus esquemas durante el discurso para asegurarse de que no omiten ningún elemento importante y para no perder el rumbo. Escribir un esquema también es importante para el proceso de redacción del discurso, ya que obliga a los oradores a pensar en los puntos principales y secundarios, en los ejemplos que desean incluir y en la forma en que estos elementos se corresponden entre sí. En definitiva, el esquema funciona tanto como herramienta de organización como de referencia para pronunciar un discurso.

Redacción de discursos

Durante gran parte del mes de octubre me he estado retorciendo las manos pensando exactamente en cómo quería contribuir al Mes de la Escritura Digital, especialmente como colaborador destacado. Acepté de buen grado la invitación a participar y me sentí halagada de que me incluyeran entre una fascinante sección de colaboradores participantes. Y no dejaba de preguntarme: ¿qué tengo que compartir? ¿Cuál es mi punto de vista? ¿Qué es importante para mí? ¿Qué es lo que importa? Y yendo a un nivel más profundo, ¿qué está en juego?

Hace muy poco me di cuenta de que quiero hablar de la audiencia aquí. Porque cuando escribo, incluso cuando digo que no pienso mucho en quién va a leer lo que pongo ahí fuera, por supuesto que es mentira. A menudo pienso a quién van dirigidas mis palabras. Me importa llegar a ciertos individuos y grupos con mi mensaje. Esta forma de pensar también determina dónde decido publicar: en mi propio blog o en una plataforma pública como Medium.

La escritura digital -en mi opinión, el acto de crear textos u otros productos a través de herramientas digitales diseñadas para ser compartidas con los lectores a través de medios digitales- difiere significativamente del diario privado que escribí a mano durante años. Desde mi portátil y, ocasionalmente, desde mi tableta, redacto textos que, en primer lugar, publico inmediatamente. Y cuando digo publicar significa que lo hago en mi blog, lo que desencadena al menos dos tuits distintos y envía unos 100 correos electrónicos a los suscriptores de mi blog. Si decido publicar en Medium, puedo someterlo a la revisión de los editores de una publicación específica (como Synapse) o puedo publicarlo de forma independiente. En ambos casos, estos textos están ahí fuera para que cualquiera y todos los que tengan un acceso razonablemente libre a Internet puedan verlos, leerlos y también ignorarlos.

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