Historia de la literatura infantil
Todo proceso educativo comienza con la literatura, ya que ésta asume un papel informativo y abre las puertas al conocimiento, facilita el acceso al saber, lleva la información a la vida práctica. Hay muchas formas y varios recursos para trabajar con la literatura como (cuentos, poemas, leyendas, historias, personajes, fábulas, teatros, imágenes ilustrativas, lúdicas, libros ilustrados, etc.).
La literatura infantil permite a los niños escribir mejor, desarrollando su creatividad, porque el acto de leer y el de escribir están estrechamente relacionados. En este sentido, “la literatura infantil es, ante todo, literatura, o mejor, es arte: un fenómeno de creatividad que representa el mundo, el hombre, la vida, a través de la palabra”. En ella se funden los sueños y la vida práctica, lo imaginario y lo real, los ideales y su posible/imposible realización.
La literatura infantil tiene la tarea de transformar los sueños en realidad, es un excelente recurso para el proceso de enseñanza-aprendizaje, para el crecimiento del niño, su alegría y su magia. La literatura infantil en las primeras etapas del aprendizaje tiene una función formadora y socializadora.
Importancia de la literatura infantil pdf
La literatura infantil o juvenil incluye cuentos, libros, revistas y poemas creados para los niños. La literatura infantil moderna se clasifica de dos maneras diferentes: por género o por edad del lector.
La literatura infantil se remonta a historias tradicionales como los cuentos de hadas, que no se identificaron como literatura infantil hasta el siglo XVIII, y a las canciones, que forman parte de una tradición oral más amplia, que los adultos compartían con los niños antes de que existiera la edición. El desarrollo de la primera literatura infantil, antes de que se inventara la imprenta, es difícil de rastrear. Incluso después de que se generalizara la imprenta, muchos cuentos “infantiles” clásicos fueron creados originalmente para adultos y posteriormente adaptados para un público más joven. Desde el siglo XV, gran parte de la literatura se dirige específicamente a los niños, a menudo con un mensaje moral o religioso. La literatura infantil ha sido moldeada por fuentes religiosas, como las tradiciones puritanas, o por puntos de vista más filosóficos y científicos con las influencias de Charles Darwin y John Locke[2] Los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX se conocen como la “Edad de Oro de la Literatura Infantil” porque entonces se publicaron muchos libros infantiles clásicos.
Por qué estudiar literatura infantil
Tras el prolongado cierre de las escuelas en 2020 debido al Coronavirus, hay pruebas que demuestran que muchos niños mayores de primaria y secundaria han perdido su “resistencia a la lectura” sin la práctica diaria de la misma en la escuela. Estas Navidades queremos aprovechar la oportunidad de inspirar la lectura con algunas recomendaciones para que las disfrute toda la familia.
Leer un libro con la familia junto a una hoguera, el árbol titilando en la esquina, la nieve cayendo fuera. Es una imagen digna de una tarjeta de felicitación, pero ¿cuál es la importancia de leer juntos y por qué es más especial en Navidad?
En sus primeros años, la mayoría de los niños comienzan su andadura en la lectura a través de la fonética: la comprensión de los sonidos para poder descifrar las palabras. Sin embargo, esta capacidad técnica no es suficiente para que un niño sea un lector seguro. Debe combinarse con la comprensión de lo que lee y la motivación para hacerlo. Esa necesidad de comprensión y motivación son las razones principales por las que es tan importante compartir los libros.
Ensayo sobre la importancia de la literatura infantil
LA IMPORTANCIA DE LA LITERATURA INFANTIL – LOS BUENOS LIBROS[Este Prefacio y la siguiente Introducción formarán parte de un libro de igual o similar título, que incluirá Guías de Estudio para cada uno de los Buenos Libros incluidos en nuestra lista].
La lista de libros que se siguen en esta colección y las edades sugeridas para su lectura, está tomada de la lista de los Buenos Libros seleccionados por el Dr. John Senior. El Dr. Senior fue el brillante profesor de clásicas y humanidades de la Universidad de Kansas que, junto con dos colegas -los doctores Dennis Quinn y Frank Nelick-, impartió el influyente Programa Integrado de Humanidades (“PHI”) para estudiantes de primer y segundo año. El PHI produjo muchos profesores, algunos agricultores, numerosos matrimonios y amistades, una ola de despertares religiosos y conversiones, principalmente al catolicismo, algunos de los cuales se convirtieron en sacerdotes, monjes, religiosas y un obispo.
El Sr. Senior era reacio a responder a las numerosas peticiones de preparar una lista de libros para niños porque había tantas buenas opciones (un millar, calculaba) que nombrar un centenar o más podría dar la impresión de que esos títulos eran definitivos y superiores a todos los demás. De hecho, en la parte superior de su lista original mecanografiada figuraba la advertencia en mayúsculas de no reimprimir, sólo para circulación privada. La petición no fue atendida y la lista de Senior de lo que él llamaba los Buenos Libros (necesarios para ser leídos antes de leer los libros más grandes y elevados, denominados colectivamente -en listas similares de grandes clásicos- como los Grandes Libros) se incluyó más tarde en uno de sus propios libros y ha llegado a estar ampliamente disponible y se considera útil porque agrupa los niveles de lectura de estos clásicos según las etapas de crecimiento y desarrollo por edad aproximada, en lugar de los niveles de grado más restrictivos y mecánicos.