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¿Cómo contar una anécdota?

abril 5, 2022
¿Cómo contar una anécdota?

Ideas para anécdotas

Aprender a contar historias en un idioma extranjero no es tan difícil como crees. Si puedes contar una historia en tu propio idioma, deberías ser capaz de utilizar el mismo material y volver a contarlo en inglés.

Me gustaría que pensaras en algún incidente que te haya ocurrido a ti -o a alguien que conozcas- recientemente. Los relatos breves sobre incidentes (hechos que suceden u ocurren) se conocen como anécdotas.    Nos resultan mucho más fáciles de recordar que las historias de las películas o los libros porque tenemos un vínculo personal con ellas. Compartimos anécdotas todo el tiempo. De hecho, muchos científicos afirman ahora que el cerebro está conectado a las historias porque nos permiten dar sentido al mundo. Cuando escuchamos una historia, relacionamos lo que ocurre con nuestras propias experiencias. En otras palabras, hacemos nuestra la historia.

No planeamos contar anécdotas. Surgen de forma natural en la conversación. Por ejemplo, alguien menciona un lugar, una persona o una cosa en particular y tú estableces una conexión con algo que tú o alguien que conoces ha experimentado. Es como si una puerta se abriera durante unos segundos, dando a tu anécdota el tiempo suficiente para entrar y dejar huella en las personas que están dentro de la sala.

Cómo terminar una anécdota

Cuando metes la pata, sientes que la gente se retira, desconectando de la conversación, centrándose en algo más entretenido. Se te escapa el valor, empiezas a sudar mientras apenas eres capaz de murmurar el final de tu historia.

Antes de que te asustes y pienses “no conozco ninguna anécdota interesante”, … cálmate. Porque las conoces. No te preocupes, a todas las personas les ocurren cosas interesantes en su vida. Sólo tienes que reconocerlas y saber plasmarlas en una historia. A menudo, las cosas más simples y extravagantes de la vida son las más divertidas.

Normalmente, siempre me empeño en interesarme por los demás. Pero a veces hay que dar un paso al frente. La hora del cuento es el momento en que acaparas el protagonismo. Eso significa ser un poco vulnerable a veces. Pero no te preocupes, es genial para conectar con la gente.

Contar historias es tan eficaz gracias a nuestra asombrosa mente. Rellena huecos, conecta hechos y extrapola el contexto a partir de la experiencia. Pero lo más sorprendente es que los humanos podemos imaginar acontecimientos pasados y futuros.

Ensayo anecdótico

Una anécdota es una historia corta o un relato sobre una persona o un acontecimiento que suele ser divertido, informativo, entretenido o de naturaleza biográfica. Las anécdotas suelen estar relacionadas con el tema que se discute para exponer un punto de vista o simplemente compartir una historia relevante. Pueden utilizarse en la vida cotidiana o en la literatura. Por ejemplo, si los compañeros de trabajo hablan de mascotas y uno de ellos cuenta que su gato baja las escaleras a una hora determinada todas las noches, ese individuo acaba de compartir una anécdota.

Las anécdotas abarcan una gran variedad de historias y relatos, sobre todo porque pueden versar sobre cualquier tema. Puede que un día estés haciendo la compra en el supermercado y la cajera comente tu marca de zumo de manzana. Tal vez eso haga que la empleada comparta una breve historia sobre el verano en que ella y su hijo de cuatro años fueron a recoger manzanas al norte del estado de Nueva York. Eso es una anécdota; esas historias surgen todo el tiempo. Otros ejemplos cotidianos de anécdotas son:

Es muy común que la gente comparta historias sobre sus experiencias de la infancia con amigos y otros miembros de la familia. Rememorar este tipo de anécdotas puede ser muy divertido. También es una buena manera de iniciar una conversación o de mantenerla. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene experiencias de la infancia que puede compartir y con las que otros pueden relacionarse.

Buenos ejemplos de anécdotas

¿Alguna vez ha escuchado a alguien contar una historia, mientras tomaba un café o en una conferencia, y se ha aburrido muchísimo? O peor aún: la historia era interesante, pero no parecía tener sentido? Únase al club.

Puede que el contenido de la historia que has escuchado sea interesante, pero que por alguna razón no hayas podido mantener el interés. O tal vez escuchaste una anécdota que te dejó boquiabierto, pero cuando intentaste volver a contarla, no tuvo el mismo impacto. ¿A qué se debe?

Lo más probable es que, te hayas dado cuenta o no, la persona haya utilizado elementos de narración dinámica. Todos tenemos historias que contar. E incluso si una persona no es un autor u orador profesional, debemos aprender a contar bien nuestras historias. Porque al escuchar las historias de otras personas (y contar las nuestras), a menudo encontramos comprensión y aceptación.  Las historias nos ayudan a no sentirnos tan solos en este mundo.

El “gancho” es la apertura. Es lo que llama la atención, la pregunta o la cita que engancha inmediatamente al oyente o al lector. Cuanto más extraño o misterioso sea, mejor. Atrévase a que su público se pierda en la historia.

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