Teclado ü alemán
Mary Norris comenzó a trabajar en The New Yorker en 1978 y pasó más de tres décadas como editora de textos, donde trabajó con los célebres escritores Philip Roth, Pauline Kael y George Saunders. Es autora de Between You & Me: Confessions of a Comma Queen. Entre otras cosas, su libro desmitifica una de las marcas más desconcertantes con las que puede encontrarse un lector: la diéresis.
La mayor parte del mundo anglófono considera que la diéresis no es esencial. Puede que el New Yorker sea la única publicación en Estados Unidos que la utiliza con regularidad. En realidad, hoy en día es muy difícil conseguir que la diéresis se pegue sobre la vocal. El autocorrector la borra, y hay que volver atrás, resaltar la letra, mantener pulsada la tecla de opción mientras se pulsa la u, y volver a escribir la letra adecuada. La pregunta es: ¿por qué molestarse? Sobre todo porque la diéresis es la cosa de la que más se quejan los lectores de la variedad de letras.
No todo el mundo en The New Yorker es devoto de la diéresis. Algunos se han preguntado por qué sigue existiendo. El estilo cambia a veces. Por ejemplo, en los años ochenta, los editores decidieron modernizarse desplazando el punto y coma fuera de la comilla final. En el tablón de anuncios apareció un aviso que empezaba así: “Ajusten sus reflejos”.
Alfabeto alemán
En el caso de los Mac, basta con mantener pulsadas las teclas A, U y O durante aproximadamente un segundo para que aparezca un menú con los caracteres especiales, incluida la diéresis. La misma opción está disponible para los dispositivos móviles iOS y Android.
A continuación, te presentamos cuatro situaciones muy comunes en las que necesitarás reconocer las diéresis en alemán. Por supuesto, no son los únicos escenarios en los que te encontrarás con diéresis, pero son un buen punto de partida para que te sientas cómodo con el concepto.
Los comparativos son palabras que indican que una cosa tiene más o menos calidad que otra (por ejemplo, “bigger” en inglés). Un superlativo muestra que una cosa tiene más o menos de alguna cualidad (por ejemplo, “más grande”).
Esto es notable porque hace que sea muy fácil poner estos verbos en el pasado subjuntivo. Lo único que hay que hacer es introducir pequeños cambios en la forma del pasado del verbo para convertirlo en pasado subjuntivo.
La mayoría de los principiantes en alemán tienden a ignorar el hecho de que las diéresis existen y tratan de pronunciarlas normalmente. Pues bien, al hacer eso, le estás robando al alemán su propia esencia, así que ponte en marcha con la diéresis en alemán.
Sustantivos en alemán con diéresis
Ya he hablado del uso de la diéresis en alemán. ¿Pero qué pasa con el sonido que produce? ¿Existe este sonido en otros idiomas, aunque se represente de forma diferente? Seguramente. He aquí dos ejemplos seleccionados.
El uso de la diéresis como diacrítico está presente en lenguas tan variadas como el afrikáans y el albanés. En cuanto a los sonidos alemanes de la diéresis, aparecen en lenguas como el sueco o el neerlandés y siguen suponiendo un reto para los hablantes de lenguas en las que las vocales están separadas y rara vez se deslizan entre sí, como el español.
Pronunciación de ü en alemán
¿Vuelve la diéresis? ¿Debería utilizarse también en situaciones similares, como “realineación”, “reingeniería” o “desescalada”? ¿O es más apropiado el guión? ¿O nada? ¿O es que The New Yorker está siendo, bueno, neoyorquino?
En inglés, se llama diaeresis, y su función habitual es avisar al lector de que dos vocales escritas una al lado de la otra no deben pronunciarse juntas como un diptongo, sino por separado, como vocales distintas. El origen de la palabra diéresis es un verbo griego que significa “dividir”. Una diéresis nos dice que hay que dividir dos vocales.
Nota: La primera grafía tanto en el OED como en Merriam-Webster es diéresis; a la grafía diéresis se le da el estatus de “también”. Charles Elster (The Big Book of Beastly Mispronunciations) prefiere la grafía diéresis, porque elimina la conglomeración de letras vocálicas y porque su pronunciación preferida es [dy-ER-uh-sis]. Ofrece la pronunciación secundaria [dy-AIR-uh-sis, que es la primera pronunciación dada en el OED.