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¿Cuál es el animal que llega hasta el final?

abril 10, 2022

Tres días de gracia

Un endling es el último individuo conocido de una especie o subespecie. Una vez que el endling muere, la especie se extingue. La palabra fue acuñada en correspondencia en la revista científica Nature. Los nombres alternativos propuestos para el último individuo de su especie incluyen ender y terminarch.

El 4 de abril de 1996, la revista Nature publicó una correspondencia en la que los comentaristas sugerían que se adoptara una nueva palabra, endling, para designar al último individuo de una especie[1][2] El 23 de mayo, la revista Nature publicó varias contrapropuestas, como ender, terminarch y relict[1][3].

La palabra endling apareció en las paredes del Museo Nacional de Australia en Tangled Destinies, una exposición de 2001 de Matt Kirchman y Scott Guerin, sobre la relación entre los pueblos australianos y su tierra. En la exposición, la definición, tal y como aparecía en Nature, estaba impresa en letras grandes en la pared, encima de dos ejemplares del extinto tigre de Tasmania: “Endling (n.) El último individuo superviviente de una especie animal o vegetal”. Una descripción impresa de esta exposición ofrecía una definición similar, omitiendo la referencia a las plantas: “Un endling es el nombre dado a un animal que es el último de su especie”[4][5].

Turtles all the way down deutsch

“Turtles all the way down” es una expresión del problema de la regresión infinita. El dicho alude a la idea mitológica de una tortuga mundial que sostiene una Tierra plana sobre su espalda. Sugiere que esta tortuga se apoya en el lomo de una tortuga aún más grande, que a su vez forma parte de una columna de tortugas cada vez más grandes que se prolonga indefinidamente.

El origen exacto de la frase es incierto. En la forma “rocks all the way down”, el refrán aparece ya en 1838[1]. Varios autores de los siglos XVII y XVIII hicieron referencia a los antecedentes mitológicos del refrán, la Tortuga Mundial y su homólogo el Elefante Mundial[2][3].

Las primeras variantes del dicho no siempre tienen referencias explícitas a la regresión infinita (por ejemplo, la frase “hasta el final”). Suelen hacer referencia a historias en las que aparecen un Elefante del Mundo, una Tortuga del Mundo u otras criaturas similares que, según se afirma, proceden de la mitología hindú. La primera referencia conocida a una fuente hindú se encuentra en una carta del jesuita Emanuel da Veiga (1549-1605), escrita en Chandagiri el 18 de septiembre de 1599, en la que el pasaje correspondiente dice

Citas de tortugas hasta el final

“Turtles all the way down” es una expresión del problema de la regresión infinita. El dicho alude a la idea mitológica de una tortuga mundial que sostiene una Tierra plana sobre su espalda. Sugiere que esta tortuga se apoya en el lomo de una tortuga aún más grande, que a su vez forma parte de una columna de tortugas cada vez más grandes que se prolonga indefinidamente.

El origen exacto de la frase es incierto. En la forma “rocks all the way down”, el refrán aparece ya en 1838[1]. Varios autores de los siglos XVII y XVIII hicieron referencia a los antecedentes mitológicos del refrán, la Tortuga Mundial y su homólogo el Elefante Mundial[2][3].

Las primeras variantes del dicho no siempre tienen referencias explícitas a la regresión infinita (por ejemplo, la frase “hasta el final”). Suelen hacer referencia a historias en las que aparecen un Elefante del Mundo, una Tortuga del Mundo u otras criaturas similares que, según se afirma, proceden de la mitología hindú. La primera referencia conocida a una fuente hindú se encuentra en una carta del jesuita Emanuel da Veiga (1549-1605), escrita en Chandagiri el 18 de septiembre de 1599, en la que el pasaje correspondiente dice

Tortugas hasta el final

Es una pena que no puedas preguntarle a un perro por el camino más corto para llegar a casa cuando te pierdes, o a un gato, a un ave marina, a una tortuga o a un escarabajo pelotero. Porque si pudieras preguntarle a cualquiera de ellos cómo llegar a casi cualquier sitio, lo más probable es que supieran mucho más de lo que crees. La navegación animal ha sido durante mucho tiempo una especie de caja negra para los científicos. El misterio de cómo los no humanos -sin mapas, lenguaje o GPS- consiguen encontrar el camino de un lugar a otro, a menudo a grandes distancias, se presentó de nuevo recientemente cuando un perro caminó 11 millas desde su nuevo hogar para volver con su antiguo dueño. La hazaña fue especialmente notable porque el perro había sido llevado a su nueva ubicación en coche y tuvo que encontrar el camino de vuelta a pie, lo que significa que no había tenido la oportunidad de aprender la ruta. Aún más impresionante fue la historia de 2013 del gato geolocalizador que se había perdido y encontró el camino de vuelta a casa tras un viaje de dos meses y 200 millas. Entonces, ¿cómo consiguen los animales estos prodigiosos y precisos desplazamientos?

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