¿Cuál es el hábitat natural de los perros?
Mike Powles/Photolibrary/Getty Images Los perros son animales domésticos que suelen vivir en los mismos hábitats que los humanos. Sin embargo, los perros salvajes viven al aire libre y duermen bajo los árboles, donde pueden vigilar su entorno. Los perros salvajes no tienen guaridas permanentes como otros animales. Mientras que algunos animales crean guaridas para vivir todo el año, las perras salvajes sólo suelen crear guaridas para albergar a los cachorros después del parto. Una vez que los cachorros tienen unas 12 semanas, la guarida ya no es necesaria. La fauna salvaje y el hambre son las mayores amenazas para los perros salvajes. Sin embargo, los perros domésticos se ven amenazados por el envenenamiento, la falta de hogar y otros animales.
Hábitat alimentario del perro
Al igual que los lobos y los perros, los perros salvajes africanos pertenecen a la familia Canidae. Sin embargo, los lobos grises, los coyotes, los perros y los chacales pertenecen al género Canis, mientras que los perros salvajes africanos son la única especie existente (viva) del género Lycaeon.
Estudios anteriores han agrupado a los perros salvajes con los dholes y los perros de monte. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que las similitudes morfológicas entre estas especies ya no se consideran una muestra de la ascendencia común entre ellas.
El tamaño medio de un perro salvaje africano oscila entre los 75 cm y los 110 cm. En comparación con los miembros del género Canis, el perro salvaje africano es comparativamente delgado y alto, con orejas exageradas y sin espolones. A diferencia de otros perros, los perros salvajes tienen cuatro dedos en lugar de cinco.
Los perros salvajes africanos están incluidos en la Lista Roja de la UICN como especie en peligro de extinción (evaluada por última vez en 2012), debido a una serie de factores como la pérdida de hábitat, los conflictos entre el hombre y la fauna salvaje, la captura con trampas por parte de los cazadores furtivos para obtener carne, y las enfermedades infecciosas como el moquillo y la rabia.
Hábitat y adaptación del perro
La pérdida de hábitat es una de las mayores amenazas para la biodiversidad en la actualidad. Se calcula que la pérdida y degradación del hábitat afecta a entre el 85% y el 90% de todas las aves, anfibios y mamíferos en peligro de extinción. La pérdida de hábitat puede poner a las especies en contacto más estrecho con las poblaciones humanas, lo que puede causar diversos problemas.
Una víctima de la pérdida de hábitat es el perro salvaje africano (Lycaon pictus), uno de los cánidos más amenazados del mundo. Tradicionalmente, el perro salvaje africano se extendía por toda el África subsahariana. En la actualidad, su área de distribución se ha reducido drásticamente y se ha fragmentado en zonas más pequeñas, sobre todo en las zonas áridas y la sabana. La fragmentación del hábitat es un problema especial para el perro salvaje africano, que necesita un gran territorio de al menos 10.000 kilómetros cuadrados (3.861 millas cuadradas) para mantener manadas de entre 10 y 40 perros. Los territorios más pequeños creados por la pérdida de hábitat dificultan que los perros encuentren presas adecuadas. Al reducirse también el hábitat de otros grandes depredadores, como los leones, aumenta la competencia por las presas y otros recursos.
Nombre del hábitat del perro
Fig. 1Comparación de los valores medios de las localizaciones GPS de los perros salvajes con las variables del hábitat. Leyenda: (a) distancia al río más cercano, (b) distancia a la carretera más cercana, (c) densidad de población humana, (d) porcentaje de cobertura arbórea y (e) índice de rugosidad del terreno. Los datos de localización de los perros salvajes se muestran mediante círculos con líneas ± SEM, los valores simulados de SSF (selección de hábitat de tercer orden) se muestran mediante triángulos con líneas ± SEM y la media a nivel de paisaje del hábitat disponible (selección de hábitat de segundo orden) se muestra mediante una línea sólida ± SEM mostrada por la línea de puntos a tamaño completoImagen de tamaño completoAunque los perros salvajes prefirieron características de hábitat similares en todas las etapas de vida, la fuerza de esta preferencia varió significativamente entre las etapas de vida (Tabla 1 y Tabla 2). Los grupos de dispersión mostraron un grado de selección de áreas con baja densidad de población humana similar al de las manadas residentes (Tabla 2; media de hábitat “disponible”: 42,6 personas por km2, SEM: 0,96; media de las localizaciones de los grupos de dispersión: 15,1 personas por km2, SEM: 0,55; ubicaciones de las manadas residentes media: 13,9 personas por km2, SEM: 0,35; Ubicación de manadas preñadas media: 7,9 personas por km2, SEM: 0,22; Ubicación de las manadas de animales muertos, media: 7,7 personas por km2, SEM: 0,16). La evitación de las altas densidades de población humana fue significativamente mayor para las manadas gestantes y de madriguera que para los perros salvajes residentes o en dispersión (Tabla 2).