Definición de la clasificación de las especies
En la clasificación biológica, el rango taxonómico es el nivel relativo de un grupo de organismos (un taxón) en una jerarquía taxonómica. Ejemplos de rangos taxonómicos son especie, género, familia, orden, clase, filo, reino, dominio, etc.
Un rango determinado subsume bajo él categorías menos generales, es decir, descripciones más específicas de las formas de vida. Por encima de él, cada rango se clasifica dentro de categorías más generales de organismos y grupos de organismos relacionados entre sí por la herencia de rasgos o características de ancestros comunes. El rango de cualquier especie y la descripción de su género son básicos, lo que significa que para identificar un organismo concreto no suele ser necesario especificar otros rangos aparte de estos dos primeros[1].
El Código Internacional de Nomenclatura Zoológica define el rango como: “El nivel, a efectos de nomenclatura, de un taxón en una jerarquía taxonómica (por ejemplo, todas las familias tienen, a efectos de nomenclatura, el mismo rango, que se encuentra entre la superfamilia y la subfamilia)”[2].
A un taxón se le suele asignar un rango cuando se le da su nombre formal. Los rangos básicos son especie y género. Cuando un organismo recibe un nombre de especie se le asigna un género, y el nombre del género forma parte del nombre de la especie.
Concepto de especie biológica
En el siglo XVIII, Carolus Linnaeus revolucionó el campo de la historia natural al introducir un sistema formalizado para nombrar a los organismos, lo que llamamos nomenclatura taxonómica. Dividió el mundo natural en tres reinos y utilizó cinco rangos: clase, orden, género, especie y variedad. También introdujo el sistema de nomenclatura binomial, en el que cada especie tiene un nombre de dos partes reconocido internacionalmente.
Desde la época de Linneaus, se han añadido otros rangos al sistema de nomenclatura taxonómica. Los principales rangos taxonómicos son Reino, Filo, Clase, Orden, Familia, Género y Especie. Estos rangos se han utilizado para describir y comprender los principales grupos de animales durante mucho tiempo, y a muchas personas se les enseña la historia natural de los animales a través de estos rangos tradicionales. Crecemos refiriéndonos a las aves en la “Clase Aves”, a las serpientes en la “Clase Reptilia”, etc.
La comprensión científica de las relaciones entre los organismos ha cambiado drásticamente desde la época de Linneo y la taxonomía clásica. Los científicos entienden ahora que los principales grupos de animales están relacionados de formas no previstas por los taxónomos clásicos. Así, por ejemplo, ahora sabemos que el linaje de las aves (Clase Aves) comparte un ancestro más reciente con algunos reptiles modernos (cocodrilos) que con otros (serpientes). Sin embargo, tanto las serpientes como los cocodrilos forman parte de la clase Reptilia. La taxonomía moderna trata de representar los grupos de animales en un sistema que refleje la comprensión de sus relaciones evolutivas, por lo que la “Clase” Aves se encuentra dentro de la “Clase” Reptilia.
Cuadro de clasificación de las especies
La taxonomía (que significa literalmente “ley de ordenación”) es la ciencia que se encarga de clasificar los organismos para construir sistemas de clasificación compartidos internacionalmente, en los que cada organismo se sitúa en agrupaciones cada vez más inclusivas. Piense en cómo está organizada una tienda de comestibles. Un gran espacio se divide en departamentos, como el de productos agrícolas, el de productos lácteos y el de carnes. Luego, cada departamento se divide a su vez en pasillos, luego cada pasillo en categorías y marcas y, finalmente, en un solo producto. Esta organización de categorías mayores a menores y más específicas se denomina sistema jerárquico.
Figura: Modelos jerárquicos: El sistema de clasificación taxonómica utiliza un modelo jerárquico para organizar los organismos vivos en categorías cada vez más específicas. El perro común, Canis lupus familiaris, es una subespecie de Canis lupus, que también incluye al lobo y al dingo.
Figura: Niveles en la clasificación taxonómica: En cada subnivel del sistema de clasificación taxonómica, los organismos se vuelven más similares. Los perros y los lobos son la misma especie porque pueden reproducirse y producir descendencia viable, pero son lo suficientemente diferentes como para ser clasificados como subespecies distintas.
Ejemplos de clasificación de especies
Desde el color del pelo hasta la forma de los dedos de los pies, usted es claramente humano. Los seres humanos parecen muy diferentes entre sí, pero todos somos miembros de la misma especie, el homo sapiens. Una especie suele definirse como un grupo de organismos que pueden reproducirse naturalmente entre sí y crear una descendencia fértil. Aunque esta definición parece sencilla, la clasificación de una especie puede ser difícil y, a veces, estar plagada de controversias.
Algunos organismos encajan fácilmente en esta definición de especie, pero muchos no. Los organismos asexuales sólo tienen un progenitor, por lo que no se reproducen entre sí. Algunos organismos suelen reproducirse con especies similares en la naturaleza, formando híbridos genéticos. En 2006, se encontró en Canadá el primer híbrido salvaje de oso polar y oso pardo. Estos osos híbridos, llamados “pizzly” o “grolar”, pueden producir descendencia fértil. Sin embargo, los osos polares y los osos grizzly siguen estando clasificados como especies diferentes debido a sus necesidades de hábitat.
Estos animales salvajes que rompen las reglas de forma natural dificultan a los científicos la definición clara de las especies. La genética puede aportar la respuesta. Mediante el análisis genético, los científicos pueden ahora clasificar las especies a través de patrones en el ADN. Esta tecnología ha descubierto nuevas relaciones entre especies y algunas sorpresas inesperadas. Un reciente análisis genético ha revelado que las jirafas, que durante mucho tiempo se consideraron una sola especie, son en realidad cuatro especies distintas. Este tipo de descubrimientos podría dar lugar a problemas de conservación si los científicos descubrieran una nueva especie en peligro de extinción “escondida” en una población mayor de organismos similares.