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¿Por qué hay ríos debajo del mar?

abril 4, 2022

Piscina de salmuera

Los leones marinos dejan de bramar y se deslizan, uno a uno, desde el embarcadero hasta las aguas de color marrón moka del río Fraser, cerca de Vancouver, en la Columbia Británica. La superficie del agua es lisa, excepto por una línea de ondas que se mueven lentamente río arriba. Los leones marinos parecen saber que la superficie tranquila oculta la agitación que hay debajo.

La marea acaba de cambiar, y una lengua de agua salada se arrastra primero, y luego galopa, de vuelta al Fraser apenas unas horas después de haber sido expulsada por un fuerte flujo de salida durante el reflujo anterior. Aunque la superficie parece tranquila, la intersección submarina de agua dulce y salada se agita con remolinos tan fuertes como cualquiera del océano. La confusión de los remolinos de agua y los sedimentos en suspensión desorienta a los salmones que vuelven a casa, proporcionando un festín fácil para los leones marinos.

No todos los ríos terminan tan dramáticamente como el Fraser. Pero la mezcla de arroyos y ríos de agua dulce con mareas oceánicas saladas en una masa de agua parcialmente cerrada -los científicos naturales la llaman estuario- alimenta algunos de los ecosistemas más productivos de la Tierra, y también algunos de los más vulnerables.

Ríos del océano llamados

Los estuarios son ecosistemas dinámicos que presentan una de las mayores diversidades bióticas y niveles de producción del mundo. Los seres humanos han tenido una larga relación con el flujo y reflujo de los estuarios en todo el mundo.

Los estuarios se describen comúnmente como masas de agua semicerradas, situadas en la interfaz entre la tierra y el océano, donde el agua del mar se diluye considerablemente por la entrada de agua dulce (Hobbie, 2000). No sólo son una fuente directa de especies de peces y mariscos de importancia comercial, sino que también son un hábitat crítico de cría para especies marinas de importancia comercial. El acoplamiento de la física, la biogeoquímica y la ecología se produce a muchas escalas espaciales en los estuarios (Figura 1) (Geyer et al., 2000). Se ha demostrado que la producción pesquera y el enriquecimiento costero de nutrientes, suministrados a través de ríos y estuarios, están positivamente correlacionados en muchos sistemas costeros de todo el mundo (Nixon et al., 1986; Bianchi, 2007).

Desde el punto de vista geológico, los estuarios son características efímeras de las costas. Tras su formación, la mayoría comienzan a llenarse de sedimentos y, en ausencia de cambios en el nivel del mar, tendrían una vida de sólo unos pocos miles a decenas de miles de años (Schubel & Hirschberg, 1978). Los estuarios modernos son rasgos recientes que sólo se formaron en los últimos 5.000 a 6.000 años durante el periodo interglacial estable de la época del Holoceno medio y tardío (0 – 10.000 años BP), que siguió a una amplia subida del nivel del mar al final de la época del Pleistoceno (1,8 millones a 10.000 años BP) (Nichols y Biggs, 1985). Una subida del nivel del mar de aproximadamente 10 mm y-1 durante este periodo provocó la inundación de muchas llanuras costeras y el desplazamiento de la línea de costa. El fenómeno de subida (transgresión) y bajada (regresión) del nivel del mar a lo largo del tiempo se denomina eustacia (Suess, 1906).

Agua bajo el agua

Según Anatoly Beloshchin y su grupo de buceadores, que fueron los primeros en descubrir este fenómeno, este río bajo el agua es un río completo como cualquier otro convencional. Llega a tener hasta 115 pies de profundidad en algunos lugares, con un flujo tanto de agua dulce como de agua salada a distintas profundidades. Además de este único río submarino, los científicos han descubierto otros casos de ríos bajo el agua en todo el mundo.

Otro caso de río submarino fue descubierto por el equipo del Dr. Dan Parson de la Universidad de Leed en el fondo del Mar Negro. Se considera que este río submarino fluye con suficiente caudal como para contarlo como el sexto río más grande del mundo en comparación con sus homólogos en tierra. Se cree que tiene más de cien pies de profundidad en ciertos lugares, este río puede fluir con una tasa de cuatro millas por hora y alrededor de 22.000 metros cúbicos de agua que pasa a través de este canal en particular.

Estos hallazgos han hecho que los científicos de todo el mundo consideren la posibilidad de que existan más ríos de este tipo bajo el mar y en los lechos oceánicos. Lo que antes se consideraba un milagro o quizá un caso de actividad paranormal tiene ahora explicaciones científicas que aclaran este proceso. Esto hace que una cosa sea cierta: los ríos bajo el mar pueden existir científicamente.

Río subterráneo

El río submarino del Mar Negro es una corriente de agua especialmente salada que fluye a través del estrecho del Bósforo y a lo largo del lecho marino del Mar Negro. El descubrimiento de este río, anunciado el 1 de agosto de 2010, fue realizado por científicos de la Universidad de Leeds, y es el primero de este tipo en el mundo[1]. El río submarino proviene del agua salada que se derrama a través del Estrecho del Bósforo desde el Mar Mediterráneo hacia el Mar Negro, donde el agua tiene un menor contenido de sal[1].

Los científicos han descubierto anteriormente canales que discurren por el fondo del océano, basándose en el escaneo por sonar. Uno de los más grandes va desde la desembocadura del río Amazonas hasta el océano Atlántico[1]. Aunque se sospechaba que estos canales podrían funcionar como ríos, sólo con el descubrimiento del río del Mar Negro se confirmó esta sospecha. Debido a la potencia e imprevisibilidad de estos cauces, ha sido difícil explorarlos directamente[2] Un equipo de científicos dirigido por Jeff Peakall y Daniel Parsons, de la Universidad de Leeds, colaboró con científicos de la Universidad de Southampton, la Universidad Memorial de Terranova y el Instituto Turco de Ciencias Marinas. El equipo utilizó el Autosub3 del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural -un vehículo submarino autónomo con forma de torpedo de 7 metros- para acercarse lo más posible a la corriente[2]. Se descubrió que el río tenía 37 millas (60 km) de largo, hasta 115 pies (35 m) de profundidad y 0,6 millas (1 km) de ancho. Aunque era más pequeño que el canal del Amazonas, el río submarino llevaba diez veces más agua que el Rin. Fluye a una velocidad de seis kilómetros por hora (6 km/h), con 22.000 metros cúbicos (780.000 pies cúbicos) que pasan por segundo. Si hubiera sido un río de superficie, habría sido el sexto río más grande del mundo[1].

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