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¿Qué es la motricidad y cómo se desarrolla?

abril 15, 2022

Habilidades motoras finas

Los niños crecen y se desarrollan rápidamente durante los primeros años de vida, explorando su mundo de forma más independiente, mejorando su coordinación y haciendo más cosas por sí mismos. Hay muchas maneras de ayudar a tu hijo a desarrollar sus habilidades motoras finas y gruesas (movimiento).

La motricidad fina hace intervenir los músculos más pequeños de las manos y los dedos para que el niño pueda agarrar, sostener y pellizcar. Por ejemplo, coger la comida, sujetar un lápiz o abrocharse una camisa son actividades que requieren una motricidad fina. Los niños desarrollan la motricidad fina para aprender a cuidarse y, finalmente, a escribir.

Aunque todos los niños se desarrollan a su propio ritmo, alcanzan algunos hitos dentro de ciertos rangos de edad. Por ejemplo, los bebés empiezan a agarrar objetos con las manos (pero no necesariamente con los pulgares) entre los 5 y los 6 meses. Suelen empezar a jugar con juguetes de mano entre los 6 y los 12 meses.

Hacia los 18 meses, la mayoría de los niños pequeños intentan adquirir habilidades más complejas, como utilizar un lápiz o un crayón o beber de una taza de forma independiente. A los 24 meses (2 años) su hijo puede mostrar preferencia por una mano sobre la otra.

Ejemplos de habilidades motoras

El desarrollo de la motricidad gruesa afecta a los grandes músculos de los brazos, las piernas y el torso. Las actividades de motricidad gruesa son importantes para las actividades físicas cotidianas, como caminar, correr, lanzar, levantar, dar patadas, etc. La motricidad gruesa también es la base de la motricidad fina y está relacionada con la conciencia corporal, la velocidad de reacción, el equilibrio y la fuerza. Obtenga más información sobre todos los hitos del desarrollo según la edad.

Esta información es una guía general para ayudarle a determinar si su hijo está progresando al ritmo esperado para su edad. Tenga en cuenta que cada niño es único y desarrolla sus habilidades a su propio ritmo.

Según la Asociación Americana del Corazón, se recomienda una dosis diaria de al menos 60 minutos de actividad física de moderada a vigorosa para los niños de seis a diecisiete años. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los bebés y niños pequeños realicen 180 minutos de actividad repartidos a lo largo del día. Se sugiere incorporar tanto el juego estructurado como el no estructurado a lo largo del día.

Desarrollo cognitivo

Las habilidades motrices gruesas son las que nos permiten realizar tareas en las que intervienen los grandes músculos del torso, las piernas y los brazos. Implican movimientos de todo el cuerpo. Utilizamos la motricidad gruesa para todo tipo de actividades físicas, desde correr hasta rastrillar hojas.  La mayoría de las personas utilizan estas habilidades de forma fácil y automática. Pero la motricidad gruesa es más compleja de lo que parece: implica la coordinación de los músculos y el sistema neurológico. Influyen en el equilibrio y la coordinación. También son la base de la motricidad fina, que nos ayuda a realizar pequeños movimientos, como el uso de un lápiz. Las habilidades motrices gruesas están relacionadas con otras capacidades, como por ejemplo: tener una motricidad gruesa deficiente puede afectar a todos los ámbitos de la vida. Puede dificultar la realización de tareas clave en la escuela, el trabajo y el hogar. La dificultad en las habilidades motrices también puede afectar a la autoestima.ProfundizaCómo se desarrollan las habilidades motrices gruesasLas habilidades motrices gruesas comienzan a desarrollarse en la infancia y siguen mejorando a lo largo de la misma. No todos los niños se desarrollan al mismo ritmo, pero hay hitos que suelen alcanzar a diferentes edades. Por ejemplo, a los 3 ó 4 años, los niños suelen ser capaces de saltar con los dos pies. A los 7 u 8 años, suelen ser capaces de montar en bicicleta sin ruedecillas y atrapar pelotas pequeñas. Los niños siguen ganando en coordinación durante la adolescencia. Más información sobre los hitos de la motricidad gruesa en las distintas edades.

Actividades de motricidad gruesa

Una habilidad motora es una función que implica movimientos específicos de los músculos del cuerpo para realizar una determinada tarea. Estas tareas pueden ser caminar, correr o montar en bicicleta. Para realizar esta habilidad, el sistema nervioso del cuerpo, los músculos y el cerebro tienen que trabajar juntos[1]. El rendimiento es el acto de ejecutar una habilidad o tarea motora. La práctica continua de una habilidad motora específica dará lugar a una mejora considerable del rendimiento, lo que conduce al aprendizaje motor. El aprendizaje motor es un cambio relativamente permanente en la capacidad de realizar una habilidad como resultado de la práctica continua o la experiencia.

Tanto la motricidad gruesa como la fina pueden debilitarse o dañarse. Algunas de las razones de estas deficiencias pueden ser causadas por una lesión, una enfermedad, un accidente cerebrovascular, deformidades congénitas (un cambio anormal en el tamaño o la forma de una parte del cuerpo al nacer),[4] parálisis cerebral y discapacidades del desarrollo. Los problemas en el cerebro, la médula espinal, los nervios periféricos, los músculos o las articulaciones también pueden afectar a estas habilidades motoras y disminuir su control[5].

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