La función social de la poesía pdf
En su manifiesto programático “Arte social aplicado”, Artur Zmijewski escribe sobre la “posibilidad de utilizar el arte para los objetivos más diversos: como instrumento de recepción y difusión de conocimientos, como fábrica de procedimientos cognitivos, basados en la intuición y la imaginación, como ocasión de aprendizaje y de acción política”. Parafraseando esta definición de Zmijewski, es posible sugerir y legitimar el término “poesía social aplicada”. Con él se pretende denotar aquella esfera de la poesía contemporánea que sirve a la producción y difusión del conocimiento; que se incluye en la industria cognitiva global; y que reclama el estudio de la realidad y su reorganización política. Al principio, este término puede parecer cuestionable y algo paradójico, dado que en la segunda mitad del siglo XX la poesía se ha convertido en una ocupación marginal y prácticamente inanciable, cultivada por un pequeño número de comunidades profesionales o élites académicas cerradas.
El poeta contemporáneo lleva a cabo una política de imagen que presupone, bien el mito romántico del genio solitario que reproduce la voz de otro mundo de la Musa, bien la afirmación heroica de la autonomía estética y la cerrazón hermética de sus creaciones, bien la entrada en el sistema de eventos literarios especializados (como festivales locales o internacionales, residencias de artistas, concursos de premios financiados por fondos de premios ricos o pobres). A veces, la estrategia de representación del poeta depende de la combinación de las tres cosas, y también de una serie de otros factores. El punto de vista expresado por el poeta contemporáneo, aunque sea crítico y hostil al orden social existente, sigue siendo la expresión de una opinión individual. Otros pueden prestar atención a su opinión privada, pero es poco probable que ésta se convierta en una guía de acción, en un instrumento para la transformación práctica de la sociedad y la corrección de los problemas sociales.
La poesía como comentario social
El libro iniciado sobre “Funciones sociales de la poesía oral amárica ‘Jiggiea’ en el caso de Guba Lafto Woreda ‘ se llevó a cabo. Como un hecho de empuje, ‘Jiggiea’ poesía oral amárica actuación desapareció gradualmente de los agricultores. Una de las influencias es la modernización. Los campesinos utilizan grabadoras de teléfonos móviles en sus actividades agrícolas. Por lo tanto, esta cuestión incitó al investigador a realizar un estudio al respecto. Por lo tanto, el objetivo general del estudio es investigar las funciones sociales de los poemas orales en amárico producidos y recibidos por los habitantes de Guba Lafto que se dedican especialmente a Jiggiea. Para alcanzar el objetivo del estudio, el investigador empleó el método de investigación cualitativa. Además, se utilizaron fuentes primarias y secundarias para la recogida de datos. El objetivo era registrar los poemas en Guba Lafto y examinar sus funciones sociales mediante análisis temáticos y contextuales. Una de las conclusiones del estudio reveló que la alabanza, el comentario sociopolítico, el registro histórico y la inspiración son las principales funciones sociales de la poesía oral jiggiea. Además, se descubrió que la poesía oral “Jiggiea” desempeña un gran papel a la hora de inspirar el espíritu de equipo y elevar la moral de trabajo.
Qué son los poemas sociales
Sin el don único del poeta de combinar una sensibilidad excepcional con un poder excepcional sobre las palabras, nuestra capacidad, no sólo de expresar, sino incluso de sentir cualquier emoción que no sea la más cruda, degenerará.
La función social esencial de la poesía es, en primer lugar, la más obvia: dar placer. Un poema debe cumplir esta función si quiere cumplir alguna. ¿Qué tipo de placer? Eliot escribe: “Sólo puedo responder, el tipo de placer que da la poesía”.
Eliot comienza con el placer, pero va más allá de esta primera función. “Porque si sólo fuera placer, el placer mismo no podría ser del más alto tipo”. Aunque hay varios tipos de poesía, una función general es la comunicación de alguna experiencia nueva de algo que hemos experimentado pero para lo que no tenemos palabras, que amplía nuestra conciencia o refina nuestra sensibilidad. Con respecto a nuestra experiencia individual de placer y sensibilidad refinada, Eliot escribe: “Creo que todos entendemos tanto el tipo de placer que la poesía puede dar, como el tipo de diferencia, más allá del placer, que hace en nuestras vidas. Si no produce estos dos efectos, simplemente no es poesía”.
Función social de la prosa
En su manifiesto programático “Arte social aplicado”, Artur Zmijewski escribe sobre la “posibilidad de utilizar el arte para los más diversos objetivos: como instrumento de recepción y difusión de conocimientos, como fábrica de procedimientos cognitivos, basados en la intuición y la imaginación, como ocasión de aprendizaje y de acción política”. Parafraseando esa definición de Zmijewski, es posible sugerir y legitimar el término “poesía social aplicada”. Se trata de degradar esa esfera de la poesía contemporánea, que sirve para la producción y la difusión del conocimiento, incluida en la industria cognitiva global, y que también reclama el estudio de la realidad y su reorganización política. Inicialmente ese término parece discutible y un tanto paradójico, en la medida en que en la segunda mitad del siglo XX la poesía ha alcanzado los estados de una ocupación marginal y prácticamente inanciable, cultivada por un reducido número de comunidades profesionales o élites académicas cerradas.
El poeta contemporáneo lleva a cabo una política de imagen, que presupone o bien su seguimiento del mito romántico del genio solitario, produciendo la voz de otro mundo de la Musa; o bien la afirmación heroica de la autonomía estética y la cerrazón hermética de sus creaciones; o bien la entrada en el sistema de eventos literarios especializados (en la línea de los festivales locales o internacionales, las residencias de artistas, los concursos de premios con fondos ricos o pobres). A veces, la estrategia del papel del poeta se basa en una combinación de los tres, y también de otros factores. El punto de vista expresado por el poeta contemporáneo, aunque sea crítico y hostil al orden social existente, sigue siendo la expresión de una opinión individual. Otros pueden prestar atención a su opción privada, pero difícilmente puede convertirse en un liderazgo incremental hacia la acción, en un instrumento de transformación práctica de la sociedad y para la corrección de las injusticias sociales.