Mandala budista
Un mandala (sánscrito: मण्डल, romanizado: maṇḍala, lit. ‘círculo’, [ˈmɐɳɖɐlɐ]) es una configuración geométrica de símbolos. En varias tradiciones espirituales, los mandalas pueden emplearse para centrar la atención de los practicantes y adeptos, como herramienta de guía espiritual, para establecer un espacio sagrado y como ayuda para la meditación y la inducción al trance. En las religiones orientales del hinduismo, el budismo, el jainismo y el sintoísmo se utiliza como un mapa que representa a las deidades o, especialmente en el caso del sintoísmo, a los paraísos, los kami o los santuarios reales[1][2] Un mandala suele representar el viaje espiritual, partiendo del exterior hacia el núcleo interno, a través de capas.
En el hinduismo, un mandala básico, también llamado yantra, tiene la forma de un cuadrado con cuatro puertas que contienen un círculo con un punto central. Cada puerta tiene la forma general de una T.[3] Los mandalas suelen tener un equilibrio radial[4].
Un yantra es similar a un mandala, pero normalmente más pequeño y con una paleta de colores más limitada. Puede ser una composición geométrica bidimensional o tridimensional utilizada en sadhanas, pujas o rituales de meditación, y puede incorporar un mantra en su diseño. Se considera que representa la morada de la deidad. Cada yantra es único y llama a la deidad a la presencia del practicante a través de los elaborados diseños geométricos simbólicos. Según un experto, “los yantras funcionan como símbolos reveladores de las verdades cósmicas y como cartas de instrucción del aspecto espiritual de la experiencia humana”[5].
Cómo dibujar un mandala
En la antigua lengua sánscrita del hinduismo y el budismo, mandala significa “círculo”. Tradicionalmente, un mandala es un diseño o patrón geométrico que representa el cosmos o las deidades en varios mundos celestiales. “Se trata de encontrar la paz en la simetría del diseño y del universo”, dice la artista Saudamini Madra.
La artista y profesora de matemáticas Fernanda Bonafini empezó a hacer mandalas por puro placer. “En el proceso de dibujar las obras de arte de los mandalas, te sientes mucho más tranquilo y pacífico, y tu respiración y tus latidos se ralentizan. La sensación en tu mente y cuerpo, y su conexión, es muy buena”, dice Bonafini.
Personas de diferentes culturas de todo el mundo han creado mandalas, lo que sugiere que la forma habla de algo profundo dentro de cada ser humano. El brillante psicoanalista Carl Jung creía que el mandala representa el Yo y que dibujar un mandala da a la persona un espacio sagrado para encontrarse con ese Yo. Consideraba que hacer mandalas era una forma eficaz de terapia artística, que ayudaba a calmar y reconfortar a las personas que luchaban contra problemas de salud mental.
Mandala en español
En la antigua lengua sánscrita del hinduismo y el budismo, mandala significa “círculo”. Tradicionalmente, un mandala es un diseño o patrón geométrico que representa el cosmos o las deidades en varios mundos celestiales. “Se trata de encontrar la paz en la simetría del diseño y del universo”, dice la artista Saudamini Madra.
La artista y profesora de matemáticas Fernanda Bonafini empezó a hacer mandalas por puro placer. “En el proceso de dibujar las obras de arte de los mandalas, te sientes mucho más tranquilo y pacífico y tu respiración y tus latidos se ralentizan. La sensación en tu mente y cuerpo y su conexión, es muy buena”, dice Bonafini.
Personas de diferentes culturas de todo el mundo han creado mandalas, lo que sugiere que la forma habla de algo profundo dentro de cada ser humano. El brillante psicoanalista Carl Jung creía que el mandala representa el Yo y que dibujar un mandala da a la persona un espacio sagrado para encontrarse con ese Yo. Consideraba que hacer mandalas era una forma eficaz de terapia artística, que ayudaba a calmar y reconfortar a las personas que luchaban contra problemas de salud mental.
Qué es el mandala
¿Puede representarse el universo con una sola imagen? Tal vez sí. Al menos, así es como los pueblos antiguos han representado el universo a lo largo del tiempo: mediante mandalas. Los mandalas han servido como símbolo sagrado durante siglos. Son una estructura integrada, organizada en torno a un centro unificador. La palabra mandala procede del sánscrito y significa “círculo”. Pero un mandala es más que una forma. La palabra tibetana para Mandal es “kyilkor”, que significa “lo que rodea un centro”. Aunque los mandalas no son exclusivos de ninguna religión o cultura, se pueden encontrar en el budismo tibetano, el hinduismo y en otras religiones orientales que encarnan la filosofía oriental de la unidad.
Un mandala representa el universo que está más allá de la propia conciencia. Es un símbolo de totalidad. En cierto modo, puede verse como un diagrama cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito, el mundo que existe tanto más allá como dentro de nuestro cuerpo y nuestra mente. El “círculo con centro” representa el patrón básico de la creación. De lo micro a lo macro, de la biología a la geología, de la química a la astronomía, lo encarna todo. Algunas culturas creen que los mandalas están en toda la naturaleza, desde la estructura de las células hasta la tierra y el universo. Si se observa atentamente un mandala, se encontrará un centro con patrones que irradian hacia el exterior, lo que simboliza el potencial más íntimo y la expresión de uno mismo.