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¿Qué música activa más el cerebro?

abril 3, 2022

Música para el cerebro

La forma más fácil de entender por qué la música tiene un efecto tan poderoso en la mente es monitorizar la actividad cerebral mientras alguien escucha música. La Universidad de Columbia ha desarrollado una máquina que hace precisamente eso. Los resultados muestran las diferentes partes del cerebro que se activan cuando suena una canción.

La mayoría de las personas tienen diferentes preferencias musicales, pero, curiosamente, el gusto por la música no es el factor más importante, sino la conexión emocional. Cuando suena una canción que parece gustar a una persona, el sistema límbico (la parte del cerebro que controla las emociones) muestra mucha más actividad. En consecuencia, la música que evoca emociones puede tener un efecto directo en el estado de ánimo.

La música puede ayudar a conectar a la gente y hacernos sentir que no estamos solos. Es la razón por la que tenemos música en fiestas, funerales, graduaciones y en las películas. En un estudio de 2011, los participantes completaron una tarea y luego se les dijo falsamente que tenían un mal desempeño.

A un grupo se le dejó en silencio después, mientras que a otro se le colocó en una habitación con música positiva. Los que escucharon la música después informaron que estaban más esperanzados sobre las tareas futuras que los que se quedaron en silencio.

Cómo procesa el cerebro la música

Actualmente sabemos que el cerebro humano no se forma exclusivamente durante los períodos críticos del desarrollo. Los cambios neuroplásticos se producen en respuesta a estímulos internos y externos a lo largo de toda la vida (Draganski y May, 2008). Desde una perspectiva social, los procesos de neuroplasticidad subyacen a fenómenos como la educación, la rehabilitación neurológica o el envejecimiento saludable.

Por último, los avances en los métodos de neuroimagen no invasivos proporcionaron a los científicos herramientas específicas para estudiar de forma no invasiva la plasticidad cerebral en seres humanos vivos. Las técnicas de neuroimagen estructural y funcional se utilizaron para comparar la anatomía y la función cerebral entre grupos de músicos y no músicos y, más recientemente, para estudiar los cambios plásticos relacionados con el entrenamiento musical en estudios longitudinales.

Esta revisión pretende presentar las pruebas más recientes de la neuroplasticidad relacionada con la experiencia en el contexto del entrenamiento musical en adultos, concentrándose en la neuroimagen y haciendo hincapié en los estudios longitudinales. Dado que el alcance de esta revisión es limitado y se centra en el entrenamiento musical como modelo para el estudio de la plasticidad cerebral en adultos neurotípicos, no se discuten los estudios de cambios complejos relacionados con el desarrollo y el envejecimiento. Nos centramos especialmente en los diseños experimentales para comprender mejor tanto la reorganización cerebral como los marcadores neuronales de predisposición cuando se aprende a tocar un instrumento musical. Dado que incluimos estudios que utilizan una multitud de técnicas de neuroimagen tanto funcionales como estructurales, también proporcionamos un breve resumen de dichos métodos destacando las ventajas y desventajas de cada uno de ellos para la investigación de la neuroplasticidad (Tabla 1).

La música y el cerebro

Vas conduciendo por la carretera, escuchando la radio, y suena una canción que te hace sentir feliz. Inmediatamente estás de mejor humor y preparado para afrontar cualquier cosa que te depare el día. La magia de la música vuelve a aparecer, pero ¿cómo puede algo tan intangible tener un efecto tan positivo en nosotros?

Las investigaciones han descubierto que cuando un sujeto escucha una música que le produce escalofríos, se produce una liberación de dopamina en el cerebro. Y, por si no lo sabes, la dopamina es una especie de sustancia química naturalmente feliz que recibimos como parte de un sistema de recompensa. Ahora bien, esta es la parte realmente interesante: La dopamina no sólo se libera durante los momentos de máxima actividad musical, sino también cuando anticipamos esos momentos. Es como si nuestro cerebro nos recompensara por saber que un estribillo realmente bueno está a punto de sonar.

Escuchar una canción de nuestra adolescencia nos trae un torrente de sentimientos y recuerdos. Pero, ¿por qué esas canciones tienen tanta fuerza en nuestro núcleo emocional? Nuestros cerebros se desarrollan rápidamente entre los 12 y los 22 años (por algo los llaman años “formativos”), así que cuando establecemos una conexión con una canción durante esa época, se trata de una fuerte conexión neurológica. La enorme descarga de hormonas asociada a nuestros años de pubertad le dice a nuestro cerebro que todo es superimportante, y eso incluye cualquier música que estemos escuchando en ese momento. Por eso, cuando escuchamos un verdadero retroceso a nuestros días de instituto, es algo poderoso.

Tu cerebro en la música

Se ha demostrado científicamente que la música tiene un poderoso efecto en el cerebro. Investigaciones recientes demuestran que la música puede ayudar en muchos aspectos del cerebro, como la reducción del dolor, el alivio del estrés, la memoria y las lesiones cerebrales. En el libro El poder de la música, Elena Mannes dice: “Los científicos han descubierto que la música estimula más partes del cerebro que cualquier otra función humana”. Veamos algunas de las formas en que la música puede ayudar a la curación y estimulación del cerebro humano.

Un estudio de 2014 encontró que la música era útil para los pacientes con fibromialgia. El estudio demostró que escuchar música relajante de la elección del paciente “redujo el dolor y aumentó la movilidad funcional significativamente.” Los investigadores creen que la música alivia el dolor porque al escucharla se activan los opioides, los analgésicos naturales del cuerpo. En un estudio de 2013, las personas a las que se les administró el fármaco bloqueador de opioides Naltrexona experimentaron menos placer mientras escuchaban su canción favorita, lo que sugiere que la música activa la liberación de opioides que alivian el dolor.

Un estudio de 2013 demuestra una relación entre la música y la disminución del estrés en pacientes de urgencias pediátricas. “En el ensayo con 42 niños de entre 3 y 11 años, los investigadores de la Universidad de Alberta descubrieron que los pacientes que escucharon música relajante mientras se les insertaba una vía intravenosa informaron de un dolor significativamente menor, y algunos demostraron una angustia significativamente menor, en comparación con los pacientes que no escucharon música”, según la Asociación Americana de Psicología.

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