El cuento más pequeño del mundo
Este fin de semana, Lydia Davis -maestra coronada del relato muy breve, además de preeminente traductora de la literatura clásica francesa- cumple 70 años. Davis no inventó la ficción breve, pero es sin duda su más famosa -y quizá la mejor- practicante. Su obra es siempre el punto de partida cuando me meto en una juerga de lectura de ficción flash, pero, por supuesto, no suele ser el punto de llegada, si no, ¿qué clase de juerga sería? Aunque el flash no está de moda en este momento, he oído rumores de un resurgimiento -el New Yorker tiene una serie de ficción flash este verano, por ejemplo-, así que tal vez sea el momento de recordarnos lo que pueden hacer las historias muy cortas. Por esa razón, y en honor al cumpleaños de Lydia Davis, aquí hay once historias muy cortas que debes -y puedes, gracias a la magia de Internet- leer lo antes posible. Nota: esta lista no debe considerarse en ningún caso como la “mejor de todos los tiempos”, sino simplemente como “mis favoritos”, y es sólo una muestra de lo que hay en el mercado, así que haznos un favor e indícanos tus propias microficciones en los comentarios.
La historia de terror más corta del mundo
Le pedimos a la escritora y editora Farhana Shaikh que compartiera sus consejos para la creación de mundos en las historias cortas, en las que el número de palabras es muy elevado y la eficiencia es esencial. Encontrará más recursos para la creación de mundos en nuestro paquete de recursos para escritores noveles.
A diferencia de una novela, en la que se tiene libertad, tanto en términos de extensión del mundo como de tiempo, para sentar las bases del mundo y del entorno en el que habita el personaje, un relato corto debe conseguirlo en tan sólo unos pocos miles de palabras. ¿Cómo funciona la construcción del mundo en la ficción corta?
Es importante recordar que un relato corto es un momento o un acontecimiento. Mantener la historia centrada en este momento crucial te ayudará a garantizar que eres fiel a la forma y que no estás escribiendo simplemente un extracto de una obra más larga.
Uno de los errores que veo cometer a menudo a los escritores es comenzar su historia corta explicando el mundo. Esto suele tener el efecto contrario al deseado. En lugar de atraer al lector a la historia, le hace sentirse abrumado. Utiliza mapas y líneas de tiempo para construir tu mundo, pero a la hora de escribir la historia deja la investigación en la puerta. Concéntrese en la historia en sí, más que en el mundo.
Los cuentos más cortos del mundo pdf
La reivindicación de la autoría de Hemingway tiene su origen en una anécdota sin fundamento sobre una apuesta entre él y otros escritores. En una carta de 1991 al humorista canadiense John Robert Colombo, el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke cuenta: “Se supone que [Hemingway] ganó una apuesta de 10 dólares (una suma nada despreciable en los años 20) a sus compañeros escritores. Pagaron sin rechistar. … Aquí está. Todavía no puedo pensar en ello sin llorar: SE VENDE. ZAPATOS DE BEBÉ. NUNCA USADOS”[1].
La edición del 16 de mayo de 1910 de The Spokane Press tenía un artículo titulado “La tragedia de la muerte del bebé se revela en la venta de ropa”. En esa época, Hemingway sólo tendría diez años, y le faltaban años para comenzar su carrera de escritor[3].
En 1917, William R. Kane publicó un artículo en una revista llamada The Editor en el que esbozaba la idea básica de una mujer desconsolada que había perdido a su bebé e incluso sugería el título de Little Shoes, Never Worn (Zapatos pequeños, nunca usados)[2] En su versión de la historia, los zapatos se regalan en lugar de venderse. Sugiere que esto proporcionaría algún tipo de consuelo a la propietaria, ya que significaría que otro bebé se beneficiaría directamente[4].
La novela más corta de Hemingway
El mejor cuento del mundo. Verdicts of Authors and Critics. es un artículo de no ficción de Robert Machray. Se publicó por primera vez en el número del 13 de diciembre de 1919 (Fine Christmas Number) del John O’London’s Weekly, de Londres. En esta pieza, trató de determinar el mejor relato corto del mundo preguntando a varios autores y críticos su opinión sobre el tema [1]. Sir Arthur Conan Doyle fue uno de los autores a los que se les pidió que participaran.
La introducción de Robert Machray fue: “Con el fin de obtener alguna decisión sobre cuál es el mejor cuento del mundo, y de paso hacerse una idea de lo que es el cuento, invité a algunos autores británicos representativos, la mayoría de los cuales son famosos escritores de cuentos, y a varios críticos eminentes para que pronunciaran un veredicto, o más bien sus veredictos, ya que no se podía esperar unanimidad. Los siguientes son los veredictos dados (a) sobre el mejor cuento del mundo, y (b) el mejor cuento en inglés. “