Diseño cuasi experimental
Un experimento controlado es una forma muy centrada de recoger datos y es especialmente útil para determinar patrones de causa y efecto. Este tipo de experimento se utiliza en una gran variedad de campos, como la investigación médica, psicológica y sociológica. A continuación, definiremos qué son los experimentos controlados y daremos algunos ejemplos.
Para realizar un experimento controlado, se necesitan dos grupos: un grupo experimental y un grupo de control. El grupo experimental es un grupo de individuos que están expuestos al factor que se está examinando. El grupo de control, en cambio, no está expuesto al factor. Es imprescindible que todas las demás influencias externas se mantengan constantes. Es decir, todos los demás factores o influencias de la situación deben permanecer exactamente igual entre el grupo experimental y el grupo de control. Lo único que difiere entre los dos grupos es el factor que se investiga.
Por ejemplo, si se estudian los efectos de las siestas en el rendimiento de los exámenes, se podría asignar a los participantes a dos grupos: a los de un grupo se les pediría que se echaran una siesta antes del examen, y a los del otro grupo se les pediría que permanecieran despiertos. Se querría asegurar que todo lo demás de los grupos (la conducta del personal del estudio, el entorno de la sala de pruebas, etc.) fuera equivalente para cada grupo. Los investigadores también pueden desarrollar diseños de estudio más complejos con más de dos grupos. Por ejemplo, podrían comparar el rendimiento en las pruebas entre los participantes que durmieron una siesta de dos horas, los que durmieron una siesta de 20 minutos y los que no durmieron la siesta.
Ejemplos de casos prácticos
Los científicos tratan de averiguar cómo funciona el mundo natural. Para ello, utilizan experimentos para buscar relaciones de causa y efecto. Las relaciones de causa y efecto explican por qué ocurren las cosas y permiten predecir de forma fiable lo que ocurrirá si se hace algo. En otras palabras, los científicos diseñan un experimento para poder observar o medir si los cambios en una cosa hacen variar otra de forma repetible.
Las cosas que cambian en un experimento se llaman variables. Una variable es cualquier factor, rasgo o condición que puede existir en diferentes cantidades o tipos. Un experimento suele tener tres tipos de variables: independientes, dependientes y controladas.
La variable independiente es la que cambia el científico. ¿Por qué sólo una? Bueno, si se cambia más de una variable sería difícil averiguar qué cambio está causando lo que se observa. Por ejemplo, ¿qué pasaría si nuestra pregunta científica fuera “¿Cómo afecta el tamaño de un perro a la cantidad de comida que ingiere?”; entonces, durante tus experimentos de alimentación cambias tanto el tamaño del perro como la hora del día en que los perros son alimentados. Los datos podrían ser un poco confusos: ¿el perro más grande comía menos que el más pequeño debido a su tamaño o porque era mediodía y los perros prefieren comer más por la mañana?
Diseño de investigación experimental
El método científico es un proceso creado en el siglo XVII a través del cual se desarrollan, prueban y demuestran o refutan las hipótesis. Es el proceso organizado para determinar la exactitud de las teorías científicas a través de la observación cuidadosa y la experimentación.
El método científico se utiliza al crear y ejecutar un experimento. El propósito del método científico es tener una forma sistemática de probar ideas y reportar resultados en el proceso de investigación científica. Un componente clave del uso del método científico es que garantiza que el experimento debe poder ser reproducido por cualquiera. Si eso no es posible, los resultados se consideran inválidos.
Para poder utilizar correctamente el método científico en tus propios experimentos, debes conocer bien las variables independientes y dependientes. Para entender mejor cómo funciona el método científico en acción, considera los siguientes ejemplos de experimentos sencillos que puedes probar tú mismo en la vida cotidiana.
Ejemplo de estudio transversal
Un experimento controlado es un experimento en el que la variable independiente se manipula sistemáticamente mientras se miden sus efectos sobre la variable dependiente. Además, se tiene en cuenta y se controla la presencia de cualquier variable extraña. En los experimentos controlados, todas las variables se mantienen constantes, excepto la variable independiente que se manipula.
El control dota a los experimentos de validez interna, lo que hace que los resultados de la relación causa-efecto encontrada en el estudio sean más creíbles y fiables. Además, el control ayuda a frenar o eliminar el impacto de las variables extrañas. Estas son las variables que no se estudian en el experimento pero que pueden tener un efecto sobre las variables que se están estudiando. Si no se controlan, las variables extrañas pueden dar lugar a conclusiones y resultados inexactos sobre la relación entre las variables estudiadas, lo que pone en peligro la validez interna del estudio.
El control puede establecerse normalizando meticulosamente todo el proceso de recogida de datos. Esto incluye estandarizar el entorno en el que se realiza el experimento, los materiales utilizados, la temperatura del entorno, etc. La única variable que debe modificarse/manipularse es la variable independiente. Además, hay que eliminar o identificar y medir cualquier variable extraña que pueda influir en los resultados del estudio (para poder tenerla en cuenta en la parte de análisis de la investigación). Veamos algunos procedimientos de control diferentes utilizados en la investigación experimental: