Cómo no olvidar lo que has estudiado
Las técnicas de estudio, las habilidades académicas o las estrategias de estudio son enfoques aplicados al aprendizaje. Las técnicas de estudio son un conjunto de destrezas que abordan el proceso de organizar y asimilar nueva información, retener información o afrontar evaluaciones. Son técnicas discretas que pueden aprenderse, normalmente en poco tiempo, y aplicarse a todos o a la mayoría de los campos de estudio. En términos más generales, cualquier habilidad que potencie la capacidad de una persona para estudiar, retener y recordar información que le ayude a realizar y aprobar exámenes puede denominarse habilidad de estudio, y esto podría incluir la gestión del tiempo y las técnicas de motivación.
Debido a la naturaleza genérica de las técnicas de estudio, hay que distinguirlas de las estrategias específicas de un campo de estudio concreto (por ejemplo, la música o la tecnología) y de las capacidades inherentes al estudiante, como los aspectos de la inteligencia o los estilos de aprendizaje. En este sentido, es fundamental que los estudiantes adquieran una visión inicial de sus enfoques habituales de estudio, para que puedan comprender mejor la dinámica y las resistencias personales al aprendizaje de nuevas técnicas[3].
Cómo recordar lo que se estudia
Estudiar con eficacia no es una cuestión de azar. Educadores y psicólogos llevan años investigando los métodos de estudio. Algunos de los mejores estudios proceden de las mejores universidades: Stanford, Indiana y Chicago, donde experimentos precisos con grupos de estudiantes han arrojado luz sobre los métodos de estudio más eficaces. Los estudiantes que siguen estos métodos aprenden más fácilmente, retienen el material durante más tiempo y se ahorran horas de estudio. Los diez métodos de estudio que los investigadores han descubierto que funcionan son
Reservar ciertas horas de cada día para el estudio, al igual que se hace con la alimentación y el sueño. Mantener fielmente el mismo horario del día a día. La cantidad de tiempo necesaria para el estudio variará para cada individuo en función de sus habilidades con la materia. Se recomienda una media de dos horas de estudio al día por cada hora de clase. Ir a clase es sólo el principio; ¡el verdadero trabajo empieza después!
Si tu problema es la concentración, el entorno adecuado te ayudará mucho. Tu mesa de estudio debe estar en un lugar tranquilo, libre de tantas distracciones como sea posible. Te concentrarás mejor si estudias en el mismo lugar todos los días. Es una cuestión de mentalidad. Por ejemplo, cuando te sientas en la mesa de la cocina, esperas comer. Cuando te sientas en un sillón, ves la televisión, etc. Desarrollar el hábito de estudiar en el mismo lugar y a la misma hora todos los días mejorará tu concentración.
Cómo aprender de memoria rápidamente
Ha llegado el momento. Necesitas utilizar la lengua extranjera que estuviste aprendiendo durante un par de años. No lo has utilizado durante un año porque no había oportunidad, pero aquí está. Estás en una cafetería y este pobre extranjero necesita ayuda para comunicarse con el camarero. Su tarjeta de crédito no funciona.
Intentas hacer una frase pero lo que sale de tu boca son algunas palabras al azar con un fuerte acento. Sus manos empiezan a sudar. Su ritmo cardíaco aumenta. Cuanto más estresado estás, más difícil te resulta hablar el idioma.
Hablo inglés con fluidez, ruso bastante bien y actualmente aprendo francés. No tengo problemas con el inglés porque lo uso todos los días, pero mantener mi ruso a un nivel estable y mejorar constantemente mi francés es todo un reto. He aquí 5 métodos que utilizo para no olvidar las lenguas extranjeras y mejorarlas. A mí me funcionan perfectamente – compruébalos
Me encanta este método. Es mucho más eficaz que leer libros en el idioma. En el resultado te acostumbras al sonido del idioma. Puedes hacerlo “mientras tanto” además de otras actividades diarias.
Olvidar todo antes del examen
Estudiar debería ser divertido: se trata de explorar y descubrir cosas nuevas. La memorización no tiene nada de eso, sino que se limita a preparar un camino de recuerdo instantáneo sin ningún tipo de contexto para la información: ¡los cómos y los porqués son importantes!
Según el psicólogo del siglo XIX, Hermann Ebbinghaus, el recuerdo instantáneo tiene una retención de información del 100%. Sin embargo, una hora más tarde, sólo puedes recordar un 44% de lo que has leído.
Esto significa que hay que tomar apuntes nada más terminar la clase, anotar las dudas que tengas y preguntar al profesor lo antes posible. Justo antes de los exámenes, haz tarjetas de memoria y repásalas cada pocos días, en lugar de las últimas 24 horas.
Al enseñar, te ves obligado a resumir, condensar, investigar y sacar conclusiones, lo que promueve una comprensión personal más profunda. Esto es estupendo para los estudios universitarios, que se centran en el análisis, en comparación con los preuniversitarios, que suelen estar más centrados en los hechos.
El 94% de los estudiantes universitarios encuestados dijeron que preferían estudiar en papel porque les resultaba más fácil concentrarse y tenían la libertad de subrayar, anotar y escribir en los márgenes. Y, a diferencia de las pantallas de ordenador, la lectura en papel también ayuda a la memoria espacial: se puede recordar una determinada información por el lugar en el que se ha colocado en un libro.