Test de lectura rápida svenska
El método más obvio, que todos hacemos de vez en cuando, es la lectura por encima, ojeando el texto y pasando las páginas para tratar de encontrar los puntos clave. También está la meta-guía, en la que utilizas el dedo para señalar palabras específicas, para mantener la vista en el camino sin distraerte. O métodos en los que se aprende a leer varias líneas a la vez. Y ahora se han desarrollado tecnologías digitales, con aplicaciones que toman el texto y luego hacen aparecer las palabras en la pantalla de una en una en rápida sucesión.
No cabe duda de que este tipo de métodos inteligentes pueden ayudarte a leer el texto más rápidamente. La cuestión es cuánta comprensión se cambia por esa velocidad. Cuando se trata de pruebas sólidas, puede ser difícil evaluar los cursos comerciales y las aplicaciones que afirman mejorar la capacidad de lectura rápida, porque los experimentos en condiciones controladas realizados por observadores independientes son escasos.
Entonces, ¿hay alguna forma de acelerar la velocidad de comprensión de una palabra? Cuando leemos, nuestra voz interior a veces vocaliza las palabras en nuestra cabeza, y algunos sospechan que esto podría ralentizarnos. ¿Podría ser que desterrar esa voz suponga una diferencia? No necesariamente. La vocalización interna podría ayudarnos a entender lo que está sucediendo, según una investigación de la psicóloga especializada en seguimiento ocular Mallorie Leinenger.La dificultad estriba en cómo aumentar la velocidad de lectura sin comprometer la capacidad de asimilar y entender el texto (Crédito: Getty Images)Si es tan difícil encontrar un método fiable para acelerar nuestros ojos y nuestra mente, se plantea la cuestión de cómo los campeones de la lectura rápida pueden devorar libros enteros en minutos en lugar de horas y, sin embargo, parecen entenderlos. ¿Es posible que sean excepcionalmente buenos hojeando?
¿Qué es la lectura rápida y por qué la necesitamos?
Cada año se publican en el mundo unos 2 millones de libros. La web indexada contiene al menos 5.750 millones de páginas. Hay mucho que leer y poco tiempo. En un mundo obsesionado con la velocidad y la productividad a toda costa, no es de extrañar que alguien haya ideado una solución. Se llama lectura rápida, y su promesa es ayudar a cualquier persona a leer a velocidades superiores a las 1.000 palabras por minuto, mucho más altas que las 200-400 palabras por minuto que consigue el lector medio de nivel universitario. Suena fantástico. ¿El problema? Es completamente falso.
Muchos programas de lectura rápida venden el sueño de poder leer mucho más rápido con plena comprensión. El primero, llamado Reading Dynamics, fue lanzado por Evelyn Wood en 1959. Investigadora y maestra de escuela, Wood creó y comercializó un sistema que, según se decía, multiplicaba la velocidad de un lector por un factor de tres a diez veces o más, al tiempo que conservaba -e incluso mejoraba- la comprensión. El negocio fue un éxito: llegó a tener 150 puntos de venta en Estados Unidos, 30 en Canadá y muchos otros en todo el mundo. Hoy, muchas aplicaciones se basan en la misma promesa.
Prueba de velocidad de lectura
La velocidad de lectura es el número de palabras que una persona puede leer correctamente por minuto. La velocidad de lectura también se denomina ritmo de lectura. Forma parte de una habilidad más amplia llamada fluidez lectora. Es el término que designa la capacidad de leer con precisión, a buen ritmo y con la expresión o entonación adecuadas.
Para evaluar la fluidez lectora, los niños reciben párrafos o una lista de palabras que deben leer en voz alta. Su puntuación es el número de palabras que pueden leer en un minuto. La puntuación informa de su precisión y rapidez. Más información sobre la velocidad y la fluidez de la lectura.
? Los niños tienen que “retener” las palabras que leen el tiempo suficiente para ver cómo funcionan juntas para darles sentido. Cuanto más tiempo se tarda en leer cada palabra, más difícil es conectar las palabras en una frase, párrafo o historia.
No necesariamente. Ser un buen lector implica mucho más que alcanzar un determinado objetivo de palabras por minuto. Algunos niños son muy minuciosos. Trabajar con cuidado y a un ritmo algo más lento no significa necesariamente que haya un problema.
Los buenos lectores leen con expresión. Leen como hablan. Por ejemplo, su voz subirá al final de una frase si ésta termina en un signo de interrogación. Esta habilidad de añadir significado a través de la entonación se llama prosodia. La prosodia y la velocidad de lectura son dos aspectos importantes de la fluidez lectora.
¿Funciona la lectura rápida?
Este artículo ha sido redactado por Carlee Rasmussen, MA. Carlee Rasmussen es una especialista en educación certificada y coordinadora de desarrollo profesional en Peninsula Alternative High School en San Francisco, California. Recibió su maestría en Currículo e Instrucción de la Universidad de Colorado-Denver en 2014. Está certificada en Servicios Administrativos e Instrucción de Especialistas en Educación en el Estado de California.
Ya sea que estés dándole a los libros de texto en la clase de filosofía o leyendo el periódico de la mañana, la lectura puede sentirse tediosa. Entrénate en la lectura rápida para terminar estas tareas mucho más rápido. Leer más rápido lleva a una menor comprensión, pero con la práctica puedes superar parte de este efecto.
Este artículo ha sido redactado por Carlee Rasmussen, MA. Carlee Rasmussen es una especialista en educación certificada y coordinadora de desarrollo profesional en la Peninsula Alternative High School en San Francisco, California. Recibió su maestría en Currículo e Instrucción de la Universidad de Colorado-Denver en 2014. Está certificada en Servicios Administrativos e Instrucción de Especialistas en Educación en el Estado de California. Este artículo ha sido visto 2,597,340 veces.