Citas para culpar a la novia
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la palabra deseo, que, además de otras cosas, puede significar “algo deseado”. Y algunos de nosotros estamos familiarizados con el primo menos común de esta palabra, desideratum, que significa “algo deseado como esencial” (el plural de esta palabra es desiderata). Sin embargo, muy pocos están familiarizados con el que quizá sea el miembro menos conocido de esta familia particular, la palabra desiderium. Todas estas palabras proceden del latín desiderare (que significa “anhelar”), pero sólo desiderium tiene el significado de tener sentimientos por algo que ya no tenemos, y que desearíamos mucho tener.
Que te culpen por algo que no has hecho cotiza
7. “Los sentimientos positivos provienen de ser honesto contigo mismo y aceptar tu personalidad, y tus características físicas, con verrugas y todo, y de pertenecer a una familia que te acepta sin cuestionar.” – Willard Scott
8. “No cierres tus emociones. Abrázalas. Tus emociones son tu brújula interna que te indica si vas o no por el buen camino. Utilízalas para ayudar a cultivar tus pasiones o para motivarte a cambiar las situaciones y circunstancias que te impiden alcanzar tus objetivos.” – Jillian Michaels
12. “Un sentimiento ya no es el mismo cuando llega la segunda vez. Muere por la conciencia de su retorno. Nos cansamos y nos cansamos de nuestros sentimientos cuando vienen con demasiada frecuencia y duran demasiado.” – Pascal Mercier
30. “Nos esforzamos mucho por ocultar todo lo que sentimos realmente a quienes probablemente más necesitan conocer nuestros verdaderos sentimientos. La gente trata de embotellar sus emociones como si de alguna manera estuviera mal tener reacciones naturales ante la vida.” – Colleen Hoover
33. “Todo el mundo tiene miedo de algo. Tememos las cosas porque las valoramos. Tememos perder a las personas porque las queremos. Tememos morir porque valoramos estar vivos. No desees no temer nada. Lo único que significaría es que no sientes nada”. – Cassandra Clare
Yo asumo la culpa de las citas
“Quizá todos los dragones de nuestra vida sean princesas que sólo esperan vernos actuar, por una sola vez, con belleza y valor. Quizás todo lo que nos asusta es, en su esencia más profunda, algo indefenso que quiere nuestro amor.”
“Sé paciente con todo lo que está sin resolver en tu corazón y trata de amar las preguntas mismas, como habitaciones cerradas y como libros que ahora están escritos en una lengua muy extraña. No busques ahora las respuestas, que no se te pueden dar porque no serías capaz de vivirlas. Y es que hay que vivirlo todo. Vive ahora las preguntas. Tal vez entonces, poco a poco, sin darte cuenta, vivas a lo largo de algún día lejano la respuesta”.
“El sentido del matrimonio no es crear una rápida comunión derribando todas las fronteras; al contrario, un buen matrimonio es aquel en el que cada miembro de la pareja nombra al otro guardián de su soledad, y así se muestran la mayor confianza posible. La fusión de dos personas es un imposible, y cuando parece existir, es un aprisionamiento, un consentimiento mutuo que priva a una de las partes, o a ambas, de su máxima libertad y desarrollo. Pero una vez que se acepta la comprensión de que incluso entre las personas más cercanas existen distancias infinitas, puede crecer para ellas una maravillosa convivencia, si logran amar la extensión entre ellas, que les da la posibilidad de verse siempre como un todo y ante un cielo inmenso.”
No culpes al gobierno de las citas
Cada vez que me rompen el corazón me siento más aventurero (¡y cómo se repiten los mismos nombres en esa interminable lista!), pero un día de estos no quedará nada con lo que aventurarse.
Sin embargo, nunca me he atascado con las alabanzas de la vida pastoril, ni con la nostalgia de un pasado inocente de actos pervertidos en los pastos. No. No es necesario salir de los confines de Nueva York para obtener todo el verdor que uno desea; ni siquiera puedo disfrutar de una brizna de hierba si no sé que hay un metro a mano, o una tienda de discos o alguna otra señal de que la gente no se arrepiente totalmente de la vida. Es más importante afirmar lo menos sincero; las nubes ya reciben suficiente atención y hasta ellas siguen pasando. ¿Saben lo que se pierden? No.
Mis ojos son de un azul impreciso, como el cielo, y cambian todo el tiempo; son indiscriminados pero fugaces, totalmente específicos y desleales, por lo que nadie se fía de mí. Siempre estoy mirando hacia otro lado. O de nuevo a algo después de que me haya abandonado. Me inquieta y eso me hace infeliz, pero no puedo mantenerlos quietos. Si tuviera ojos grises, verdes, negros, marrones, amarillos; me quedaría en casa y haría algo. No es que sea curioso. Al contrario, me aburro pero es mi deber estar atento, me necesitan las cosas como el cielo debe estar sobre la tierra. Y últimamente, tan grande se ha vuelto su ansiedad, que puedo ahorrarme el sueño.