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La frase matemáticamente incorrecta “dos más dos es igual a cinco” (2 + 2 = 5) es más conocida en inglés por su uso en la novela distópica de 1949 Diecinueve Ochenta y Cuatro, de George Orwell, como una posible declaración de la filosofía del Ingsoc (socialismo inglés), como el dogma “La guerra es la paz”, que el Partido espera que los ciudadanos de Oceanía crean que es cierto. Al escribir su diario secreto en el año 1984, el protagonista Winston Smith se pregunta si el Partido Interior podría declarar que “dos más dos es igual a cinco” es un hecho. Smith reflexiona además sobre si la creencia en esa realidad consensuada hace que la mentira sea verdadera o no[1].
Sobre la falsedad de “dos más dos es igual a cinco”, en la habitación 101, el interrogador O’Brien le dice al criminal del pensamiento Smith que el control sobre la realidad física no es importante para el Partido, siempre que los ciudadanos de Oceanía subordinen sus percepciones del mundo real a la voluntad política del Partido; y que, a modo de doble pensamiento: “A veces, Winston. [A veces son cuatro dedos. A veces son cinco. A veces son tres. A veces son todos a la vez”[1].
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Todo el mundo sigue recibiendo respuestas diferentes.-laur♏️ (@lauram_williams) 30 de julio de 2019-becca 10✧*.✰LILY + BARBS DAY (@spaceywhy) 30 de julio de 2019-maggie (@BatmanOfficial_) 29 de julio de 2019-George W. Kush (@supermaddd) 29 de julio de 2019-Luz ᴮᵃⁿᵍᵗᵃⁿ ᶠᵒʳᵉᵛᵉʳ (@SakuraTsukimine) 29 de julio de 2019 Esta es la forma correcta de resolver 8 ÷ 2(2 + 2) = Ÿ Primero, suma los números en los paréntesis.8 ÷ 2(4) = ?
Ahora, haz la multiplicación y la división de izquierda a derecha.8 ÷ 2(4) = 4(4) = 16.La confusión se debe a la diferencia entre las interpretaciones modernas e históricas del orden de las operaciones, conocidas como PEMDAS:
Un problema matemático similar se hizo viral en 2011, cuando la gente no se puso de acuerdo en la respuesta a 48÷2(9+3). Presh Talwalker, autor de “The Joy of Game Theory: An Introduction to Strategic Thinking”, explicó la controversia en su canal de YouTube MindYourDecisions y en una entrada de su blog. Las personas que obtuvieron el número 1 como respuesta a este problema estaban utilizando una versión anticuada del orden de las operaciones, multiplicando primero 2(4) y luego dividiendo 8 entre 8, según Talwalker. Esa respuesta habría sido correcta hace 100 años. Pero si se introduce la ecuación tal cual en una calculadora moderna se obtiene una respuesta de 16. Hay que añadir otro conjunto de paréntesis para obtener una respuesta de 1.
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Primero aprendiste (en la escuela primaria) que puedes sumar, restar, multiplicar y dividir números. Luego aprendiste que puedes sumar, restar, multiplicar y dividir polinomios. Ahora aprenderás que también puedes sumar, restar, multiplicar y dividir funciones. Realizar estas operaciones con funciones no es más complicado que la propia notación. Por ejemplo, cuando te dan las fórmulas de dos funciones y te dicen que encuentres la suma, lo único que te están diciendo es que sumes las dos fórmulas. No hay nada más en este tema que eso, aparte de quizás alguna simplificación de las expresiones implicadas.
Este ejercicio difiere del anterior en que no sólo tengo que hacer las operaciones con las funciones, sino que también tengo que evaluar en un valor x concreto. Para encontrar las respuestas, puedo trabajar simbólicamente (como en el ejemplo anterior) y luego evaluar, o bien puedo encontrar los valores de las funciones en x = 2 y luego trabajar a partir de ahí. En este caso, probablemente sea más sencillo evaluar primero:
Resolver 2-2-2*3
Sobre el papel, es uno de los problemas matemáticos más sencillos del mundo: 2+2. Si estás contando algo, como tornillos en la ferretería, es bastante sencillo. Pero las líneas se difuminan en otros contextos. Si añades 2 tazas de vinagre a 2 tazas de bicarbonato de sodio, y la reacción produce 5 tazas de una mezcla espumosa, ¿significa eso que 2+2=5? En este caso, los simples “números para contar” -los enteros 1, 2, 3, etc.- significan un abismo entre la abstracción y la aplicación de las matemáticas. Utilizando “2+2=4” como elemento de reflexión, los matemáticos están explorando las circunstancias en las que 2+2 no es realmente igual a 4, al menos no de forma clara, y podemos extender esas interpretaciones a cuestiones más amplias de epistemología: cómo sabemos lo que sabemos.
En última instancia, Carr afirma que ampliar la concepción de la gente sobre los pros y los contras de diversas aplicaciones matemáticas conducirá a un pensamiento crítico más profundo sobre la forma en que las matemáticas se cruzan con nuestras vidas. “Es necesario este tipo de pensamiento, porque básicamente estamos convirtiendo todo en datos”, afirma. Las películas tienen tomómetros, los podcasts tienen calificaciones de estrellas y las redes sociales están repletas de ratios. “Si vamos a ser un mundo que sólo está en las aplicaciones, tenemos que estar seguros de que estas cosas funcionan como creemos que funcionan”. Mira esto: