Sobre el chocolate
La historia del chocolate comienza en la región de América Central y del Sur. Antes de la llegada de los europeos, se llamaba Mesoamérica y abarcaba la zona donde hoy se encuentran México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
El período mesoamericanoEn este período, los olmecas (1500-400 a.C.) utilizaban los granos de cacao con otros alimentos, como el maíz, el chile y las judías. Probablemente llamaban al cacao: Kakawa.Los mayas llegaron y crearon una sociedad muy desarrollada en la que el cacao o kakaw, como lo llamaban, no era sólo un producto de lujo. También se utilizaba como medio de pago.
Alrededor del año 900, los toltecas construyeron una sociedad sobre los restos del reino maya caído. Creían que el árbol del cacao era un regalo de su dios sacerdote, Quetzalcóatl, que según la tradición vivía del cacao.
La época europeaLa historia del chocolate continúa en Europa, en 1502, después de que Cristóbal Colón encontrara el cacao en la isla de Guanaja, que hoy forma parte de Honduras. Aquí el chocolate se utilizaba como moneda de cambio.
Historia del chocolate en España
A diferencia de otros nuevos ingredientes culinarios traídos de América, la aceptación y el crecimiento de la popularidad del chocolate en España fue rápido, alcanzando su punto álgido a finales del siglo XVI.[2] Aunque el chocolate no fue adoptado inmediatamente por otras sociedades europeas, acabó convirtiéndose en un producto de primera necesidad. Una vez que los europeos se dieron cuenta del valor social del chocolate, empezaron a incorporarlo más a su dieta[3].
Desde los primeros tiempos, el cacao se endulzaba con caña de azúcar, que los españoles fueron los primeros en popularizar en Europa. En la América precolombina el chocolate se aromatizaba con pimientos y era una mezcla de sabores amargos y picantes. Esto lo convertía en un gusto adquirido y limitaba su atractivo para los conquistadores españoles, que pronto se animaron a endulzarlo con azúcar traído de la Península Ibérica, además de calentarlo.
A lo largo de 100 años, desde su primera aparición en los puertos de Andalucía, el chocolate se popularizó como bebida en España, donde se servía a la monarquía española. Sin embargo, durante un tiempo la fórmula fue desconocida en el resto de Europa. Posteriormente, el chocolate se extendió desde España al resto de Europa, siendo los primeros países en adoptarlo Italia y Francia.
Marcas de chocolate en España
En 1544, los nobles mayas de Kekchi viajaron a España y presentaron al príncipe Felipe una serie de regalos de Mesoamérica (Coe, 1996). Entre estos regalos había plumas de quetzal, chiles, maíz y chocolate. Los estudiosos creen que esta interacción entre los kekchis y la nobleza española es el primer ejemplo de chocolate en Europa (Coe, 1996). Tras este intercambio, España empezó a importar cacao de Mesoamérica. Hacia 1600, la corte real española consumía regularmente chocolate en forma de bebida caliente (Coe, 1996). La introducción del chocolate en Europa impulsó el desarrollo de una cultura europea única de producción y consumo de chocolate. Esta cultura incluyó la invención de materiales especiales para consumir el chocolate, como la mancerina española (Coe, 1996).
Una mancerina es un pequeño plato con un anillo elevado en el centro. El anillo elevado mantiene una pequeña taza rellena de chocolate en su sitio y evita que se deslice fuera del plato (Moore, 2003). La mancerina se desarrolló para evitar que los nobles españoles se derramaran las bebidas de chocolate sobre sí mismos. En el siglo XVII, el chocolate en España se asociaba con la realeza y la indulgencia. Los miembros ricos y de alto rango de la sociedad consumían esta bebida exótica y decadente en las fiestas, a menudo mientras bailaban (Coe, 1996). La mancerina permitía así consumir la bebida mientras se bailaba, sin temor a derramarla. La mancerina, por tanto, formaba parte de la cultura del consumo de chocolate en España, marcada por la nobleza y el exceso.
¿Descubrió España las naranjas?
Hoy en día, una taza de chocolate caliente antes de dormir puede no parecer tan inusual, pero no siempre ha sido así. Cuando los españoles trajeron el cacao a Europa desde América, despertó un gran interés y suscitó muchos debates. Sobre todo, se convirtió en una gran moda entre la aristocracia y las clases más privilegiadas de la sociedad.
De los aztecas a los conquistadores españolesEl chocolate fue la primera bebida exótica que llegó a Europa, pero ya era consumido por diferentes poblaciones de América desde hacía miles de años. Cuando llegaron los españoles, los aztecas ya lo tenían en gran estima. La bebían aromatizada con chile, maíz y frutas durante las ceremonias religiosas y en ocasiones festivas. También eran conocidas sus propiedades terapéuticas: el cacao se consideraba fortificante y afrodisíaco, mientras que la manteca de cacao se utilizaba para tratar quemaduras y heridas. Los granos se utilizaban como moneda de cambio para comprar alimentos, ropa y esclavos.
El conquistador Hernán Cortés y sus hombres desembarcaron en México en 1519. Descubrieron una bebida de aspecto extraño y sorprendente amargor; sabía mejor cuando se le añadía sirope de agave (un edulcorante natural) o miel. Cortés se dio cuenta de los beneficios que podía obtener con esta notable bebida y regresó a España en 1528 con algunos granos de cacao y el equipo necesario para su preparación. El chocolate para beber tuvo una acogida desigual en la corte de Carlos I de España y hubo que esperar algunas décadas más para que fuera realmente aceptado. A ello contribuyó el hecho de que, entretanto, un grupo de monjas que realizaba labores misioneras en México tuvo la ingeniosa idea de endulzarlo con azúcar. A finales de siglo, el chocolate se había convertido en una bebida muy apreciada en España. Se consumía en todas partes, incluso en la calle y a cualquier hora del día.