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¿Cómo piensa un robot?

abril 4, 2022

¿Pueden los robots pensar como los humanos?

La palabra robot viene del checo “robota”, que significa “trabajo o labor forzada”. Hoy en día utilizamos la palabra “robot” para referirnos a cualquier máquina fabricada por el hombre que pueda realizar un trabajo u otras tareas, ya sea de forma automática o por control humano a distancia. Algunos robots realizan su trabajo según instrucciones programadas de antemano, mientras que otros deben contar con un humano que les dé órdenes continuas. La robótica es la ciencia y el estudio de los robots.

A veces se piensa en los robots como dispositivos para un futuro lejano, o como algo de ciencia ficción. Pero lo cierto es que los robots forman parte de nuestra vida actual. De hecho, ¡los robots nos rodean! Nuestro mundo está habitado por máquinas que pueden hablar con nosotros, escucharnos, realizar lo que se les pide e incluso resolver problemas sin dirección específica de los humanos. Sin embargo, los usos más comunes de los robots implican que actúen como sustitutos de la mano de obra humana, realizando trabajos que los humanos podrían hacer pero para los que los robots son más adecuados.

Imagina que trabajas en una fábrica y tu trabajo consiste en apretar un tornillo de una tostadora. E imagina que realizas esta acción una y otra vez, en una tostadora tras otra, día tras día, durante semanas, meses o años. Este tipo de trabajo lo hacen mejor los robots que los humanos. La mayoría de los robots actuales se utilizan para realizar acciones repetitivas o trabajos considerados demasiado peligrosos para los humanos. Un robot es ideal para entrar en un edificio que tiene una posible bomba. Los robots también se utilizan en las fábricas para construir cosas como coches, barras de caramelo y productos electrónicos. Los robots se utilizan ahora en medicina, para tácticas militares, para encontrar objetos bajo el agua y para explorar otros planetas. La tecnología robótica ha ayudado a personas que han perdido brazos o piernas. Los robots son una gran herramienta para ayudar a la humanidad.

Robots humanos

Un robot humanoide es un robot que se asemeja al cuerpo humano en su forma. Su diseño puede tener fines funcionales, como la interacción con herramientas y entornos humanos, o experimentales, como el estudio de la locomoción bípeda, o de otro tipo. En general, los robots humanoides tienen un torso, una cabeza, dos brazos y dos piernas, aunque algunos robots humanoides pueden replicar sólo una parte del cuerpo, por ejemplo, de cintura para arriba. Algunos robots humanoides también tienen cabezas diseñadas para replicar los rasgos faciales humanos, como los ojos y la boca. Los androides son robots humanoides construidos para parecerse estéticamente a los humanos.

El concepto de robot humanoide se originó en muchas culturas diferentes de todo el mundo. Algunos de los primeros relatos sobre la idea de los autómatas humanoides datan del siglo IV a.C. en las mitologías griegas y en varios textos religiosos y filosóficos de China. Posteriormente se crearon prototipos físicos de autómatas humanoides en Oriente Medio, Italia, Japón y Francia.

El dios griego de los herreros, Hefesto, creó varios autómatas humanoides en varios mitos. En la Ilíada de Homero, Hefesto creó unas siervas de oro a las que dotó de voces humanas para que sirvieran de herramientas o instrumentos parlantes[1]. Otro mito griego cuenta cómo Hefesto creó un autómata gigante de bronce llamado Talos para proteger la isla de Creta de los invasores[2].

Datos sobre los robots

Vishwanathan Mohan no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.

Tener un sentido del yo está en el corazón de lo que significa ser humano. Sin él, no podríamos navegar, interactuar, empatizar o, en última instancia, sobrevivir en un mundo complejo y en constante cambio. Necesitamos un sentido del yo cuando actuamos, pero también cuando anticipamos las consecuencias de posibles acciones, propias o ajenas.

Dado que queremos incorporar los robots a nuestro mundo social, no es de extrañar que crear un sentido del yo en la inteligencia artificial (IA) sea uno de los objetivos últimos de los investigadores en este campo. Si estas máquinas van a ser nuestros cuidadores o acompañantes, es inevitable que tengan la capacidad de ponerse en nuestro lugar. Aunque los científicos aún están lejos de crear robots con un sentido del yo similar al humano, se están acercando.

Tipos de robots

Vishwanathan Mohan no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.

Tener un sentido del yo está en el corazón de lo que significa ser humano. Sin él, no podríamos navegar, interactuar, empatizar o, en última instancia, sobrevivir en un mundo complejo y en constante cambio. Necesitamos un sentido del yo cuando actuamos, pero también cuando anticipamos las consecuencias de posibles acciones, propias o ajenas.

Dado que queremos incorporar los robots a nuestro mundo social, no es de extrañar que crear un sentido del yo en la inteligencia artificial (IA) sea uno de los objetivos últimos de los investigadores en este campo. Si estas máquinas van a ser nuestros cuidadores o acompañantes, es inevitable que tengan la capacidad de ponerse en nuestro lugar. Aunque los científicos aún están lejos de crear robots con un sentido del yo similar al humano, se están acercando.

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