Ejemplos de ratios de rentabilidad
Los ratios de rentabilidad son una clase de parámetros financieros que se utilizan para evaluar la capacidad de una empresa para generar beneficios en relación con sus ingresos, costes de explotación, activos del balance o fondos propios a lo largo del tiempo, utilizando datos de un momento determinado.
Para la mayoría de los ratios de rentabilidad, tener un valor más alto en relación con el ratio de un competidor o en relación con el mismo ratio de un período anterior indica que la empresa lo está haciendo bien. Los ratios de rentabilidad son más útiles cuando se comparan con empresas similares, con el propio historial de la empresa o con los ratios medios del sector de la empresa.
Algunas industrias experimentan estacionalidad en sus operaciones. Por ejemplo, los minoristas suelen tener unos ingresos y unos beneficios significativamente mayores durante la temporada de vacaciones de fin de año. Por lo tanto, no sería útil comparar el margen de beneficio bruto del cuarto trimestre de un minorista con su margen de beneficio bruto del primer trimestre porque no son directamente comparables. Comparar el margen de beneficios del cuarto trimestre de un minorista con su margen de beneficios del cuarto trimestre del año anterior sería mucho más informativo.
Comentar la rentabilidad de una empresa
¿Análisis DuPont? ¿Qué significa realmente? Pues bien, se trata de un examen ampliado de la rentabilidad de los fondos propios (ROE) de una empresa que analiza el margen de beneficio neto, la rotación de activos y el apalancamiento financiero. Este análisis fue desarrollado por la Corporación DuPont en el año 1920. El análisis de DuPont es una técnica útil de descomposición de los diferentes generadores de rentabilidad de los fondos propios (ROE). La descomposición del ROE ayuda a los inversores a concentrarse por separado en los indicadores clave del éxito financiero para definir los puntos fuertes y débiles.
Se trata de un ratio de rentabilidad muy básico. Se calcula dividiendo el beneficio neto entre los ingresos totales. Se trata del beneficio generado tras deducir todos los gastos. El factor primordial sigue siendo mantener unos márgenes de beneficio saludables y derivar formas de seguir aumentándolos reduciendo los gastos, aumentando los precios, etc., lo que repercute en el ROE.
Este ratio describe la eficiencia de la empresa en el uso de sus activos. Se calcula dividiendo los ingresos entre los activos medios. Este ratio difiere entre sectores, pero es útil para comparar empresas del mismo sector. Si la rotación de activos de la empresa aumenta, esto repercute positivamente en el ROE de la empresa.
Fórmula del beneficio bruto
ROE = (Margen de beneficios)*(Rotación de activos)*(Multiplicador de fondos propios) = (Beneficio neto/Ventas)*(Ventas/Activos totales medios)*(Activos totales medios/Fondos propios medios) = (Beneficio neto/Fondos propios) O Beneficio/Ventas*Ventas/Activos=Beneficio/Activos*Fondos propios O ROS*AT=ROA*Activos propios=ROE
El análisis de DuPont desglosa el ROE (es decir, el rendimiento que los inversores reciben de un solo dólar de fondos propios) en tres elementos distintos. Este análisis permite al analista comprender el origen de la rentabilidad superior (o inferior) mediante la comparación con empresas de sectores similares (o entre sectores).
El análisis DuPont es menos útil para sectores como el de la banca de inversión, en el que los elementos subyacentes no son significativos. Se han desarrollado variaciones del análisis de DuPont para sectores en los que los elementos son poco significativos[cita requerida].
Algunos sectores, como el de la moda, pueden derivar una parte sustancial de su ventaja competitiva de la venta con un margen más alto, en lugar de las mayores ventas. Para las marcas de moda de alta gama, aumentar las ventas sin sacrificar el margen puede ser fundamental. El análisis de DuPont permite a los analistas determinar cuál de los elementos es el dominante en cualquier cambio del ROE.
Fórmulas de rentabilidad
Los márgenes de beneficio son quizás uno de los ratios financieros más sencillos y más utilizados en las finanzas empresariales. El beneficio de una empresa se calcula en tres niveles de su cuenta de resultados, empezando por el más básico -el beneficio bruto- y llegando al más completo: el beneficio neto. Entre estos dos se encuentra el beneficio de explotación. Los tres tienen sus correspondientes márgenes de beneficio, que se calculan dividiendo la cifra de beneficio entre los ingresos y multiplicándola por 100.
El beneficio bruto es la métrica de rentabilidad más sencilla porque define el beneficio como todos los ingresos que quedan después de contabilizar el coste de los bienes vendidos (COGS). El coste de los bienes vendidos incluye sólo los gastos directamente asociados con la producción o fabricación de artículos para la venta, incluyendo las materias primas y los salarios de la mano de obra necesaria para hacer o ensamblar los bienes.
Se excluyen de esta cifra, entre otras cosas, los gastos de deuda, los impuestos, los gastos de funcionamiento o los gastos generales, y los gastos únicos, como la compra de equipos. El margen de beneficio bruto compara el beneficio bruto con los ingresos totales, reflejando el porcentaje de cada dólar de ingresos que se retiene como beneficio después de pagar el coste de producción.